Los demás

ANDRÉS F. UGALDE VÁZQUEZ

Creo que es un fenómeno que vale la pena repensar, antes de que sea tarde.

Ciertamente el mundo, tal como lo conocemos, existe en dos dimensiones: la dimensión física, hecha de gente, de abrazos, sabores y sensaciones; la dimensión donde existe el tacto de los besos, el sabor del vino y el sol de mediodía.

Y luego está la otra dimensión en la que también existimos, la de las redes sociales y la virtualidad: una realidad paralela que ocurre en una pantalla, allí donde el mundo físico se distorsiona y la interacción se reduce a un clic, con el que expresamos amor, rabia, impotencia…

Un mundo de opiniones anónimas y contenidos prefabricados que se multiplican hasta el infinito en búsqueda de un público inmaterial, etéreo…

Y es allí, a ese océano de imágenes donde, de tanto en tanto, vamos nosotros también a sumar nuestro contenido. Y sí, desde luego que en muchos casos es valioso, transmite un aprendizaje o sirve como una válvula de escape, una catarsis necesaria, un acto de resistencia.

Pero también están los otros casos, aquellos donde los contenidos responden a una necesidad compulsiva de exhibirnos, de mostrarle al mundo donde estoy, que estoy haciendo, comiendo, vistiendo, viviendo… De reivindicar que existo.

Y aquí es donde vale preguntar ¿Para qué? ¿Cuál es el propósito de todo esto? Porque, al final del día, si lo que quiero es hacer público hasta el más trivial de mis momentos cotidianos, entonces es porque necesito un público.

Y si necesito un público es porque requiero que alguien mire y apruebe.

Y cuidado, porque a veces se consigue, y entonces llegará la fama, no por alguna habilidad excepcional, no por plasmar el arte o contribuir al mundo de alguna manera, sino la fama por la fama, la exposición mediática y vacía como forma de vida.

Y entonces ya no hago deporte por salud o por sentirme bien; ya no hago turismo ni camino la ciudad para conectarme con sus paisajes y sus sensaciones, lo hago para postearlo en redes, lo hago para los demás.

Y el problema aquí es que los demás, pues bueno, son solamente los demás… (O)

@andresugaldev