Una bofetada a Cuenca

CON SABOR A MORALEJA

Bridget Gibbs Andrade

El 22 de septiembre, en la Universidad de Cuenca, se presentó la evaluación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y el Plan de Manejo Ambiental del proyecto minero Loma Larga, de la minera canadiense Dundee Precious Metals (DPM).

Con el aval del gobierno central, los planes de la empresa canadiense van viento en popa para explotar el páramo de Quimsacocha, ecosistema irremplazable del que nacen los ríos Tarqui y Yanuncay que abastecen de agua a la zona rural y urbana de Cuenca.

El año pasado la minera presentó al Ministerio del Ambiente el EIA del proyecto, para pasar, lo más rápido posible, a la fase de explotación que es lo que tiene entre ceja y ceja.

De acuerdo a las declaraciones de Lasso, dicho ministerio procura vejar las consultas populares de Cuenca y Girón y conceder la licencia ambiental para la fase de explotación.

En otras palabras, la voluntad soberana de los azuayos les importa un rábano.

El pasado mes de junio, el gerente general de la DPM afirmó que habían recibido ya la aprobación técnica del EIA. Pero sus planes se truncaron.

Gracias a la Acción de Protección interpuesta por el Sistema Comunitario de Agua Tarqui-La Victoria, el proceso está suspendido. Tanto la minera como el Ministerio del Ambiente han negado, en varias ocasiones, el acceso al EIA con pretextos inconstitucionales como la confidencialidad, siendo los ciudadanos de Cuenca los precursores de la Consulta del Agua.

Se opusieron a tal punto que, gracias a una resolución de la Asamblea Nacional que levantó la confidencialidad -admirable que algo positivo salga de este órgano del estado- se pudo acceder al documento.

Con estos antecedentes, apremia que los cuencanos sepamos las implicaciones del EIA del proyecto Loma Larga. El análisis presentado en la universidad señala las consecuencias que la explotación acarrearía sobre el agua subterránea y sus interconexiones con los ríos.

Por su parte, en su estudio, la minera niega la existencia de aguas subterráneas en Quimsacocha sin fundamentos que lo sustente. Es de conocimiento mundial el tóxico legado que deja la minera Dundee en los territorios donde asienta sus codiciosas manos.

El resultado de la Consulta es de cumplimiento obligatorio, pero Lasso pretende dar una bofetada a Cuenca desconociéndolo. Y el alcalde y gobernador, ¿qué hacen al respecto? O es que se olvidaron que también ellos son cuencanos… (O)