Santiago León
Los camisetazos para postular por un cargo de elección popular han traído problemas a ciertos precandidatos de la provincia. Algunos se han olvidado de desafiliarse de sus antiguos partidos y hoy en día, son ellos mismo, quienes han impugnado sus nuevas postulaciones.
Usar los partidos de alquiler, tal parece que les está pasando factura.
Analice usted el precandidato tiktoker que por varios años fue Prefecto del Azuay. Ha pasado por Juntos Podemos, Revolución Ciudadana, Participa, Partido Social Cristiano, alianzas de izquierdas y una infinidad de partidos más.
Este candidato a presidente, prefecto y ahora alcalde ha buscado todas las formas para que su nombre conste en las papeletas. Más parece vanidad política.
Estas prácticas camaleónicas están trabando la precandidatura de una de sus pupilas. La Exsecretaria Anticorrupción ahora pasa por malos momentos. Los integrantes del movimiento político Participa presentaron una impugnación.
Han alegado que la ciudadana no se desafilió a tiempo de sus filas y que ahora no podrá dejar el shungo en la campaña, para ser la nueva Prefecta del Azuay.
A estos candidatos les hace falta un baño de sinceridad política. Si nace de color verde, pues muera de ese mismo color. Esos son los típicos políticos que llegan al poder y al poco tiempo se barajan de los partidos y se declaran independientes.
Si un partido político ha pasado de moda o a entrado en un letargo es culpa de sus propios dirigentes. No han sabido empatar sus ideales con las realidades del país. Por eso, las elecciones son más una batalla de imagen pública.
De tal forma que los partidos políticos reclutan a futbolistas, bailarines, influencers, modelos, periodistas y uno que otro farandulero. Cuando llegan al poder su administración es desastrosa. Necesitamos menos bailes y más política seria. (O)
