RINCÓN DE CULTURA

Jorge Dávila Vázquez

HISTORIAS DE JULIO MONTESINOS (II)

La temática de los interiores: cocinas, pasillos, patios, habitaciones, corredores, conformaban el mundo de los cuadros de Montesinos, y nos llevaban a esas intimidades hogareñas que conocíamos bien, desde nuestra lejana infancia, ya en las casas de campo, ya en la humildad de nuestros hogares urbanos.

El orbe pictórico de nuestro autor se fue ampliando lentamente, pero sin perder jamás el contacto con lo próximo, universalizándolo.

Sus retratos de este período son magistrales, cargados de vida y autenticidad en los detalles; un conjunto magnífico salido de la imaginación, inigualable oficio y capacidad de observación admirables de un excepcional artista.

Con los años, el inquieto pintor que conocía como nadie las posibilidades de la computación en el arte, realizó también piezas singulares, cuya base era electrónica. En su trayectoria vital y artística, nada le ha sido extraño ni ha superado su singular capacidad.

Un momento de excepcional hermosura en su producción fue el de la cerámica. Creó piezas de belleza y estilización supremas. Eran obras de arte, en las que lo artesanal solo era la disciplina dentro de la que se realizaban, pues su poder expresivo era netamente estético.

De Julio, sin exageración alguna, bien podemos decir que todo lo que tocó y toca lo volvió y vuelve arte.

Pero en su interior de hombre inquieto navegaron siempre inquietudes más amplias y profundas emparentadas con las ciencias.

Por ellas, creó a sus 17 años un telescopio, para el que realizó hasta los lentes. Era desmesurado, y para poderlo utilizar, sus hermanos tenían que sostenerlo casi en el vacío.

Con el tiempo elaboró otros, entre ellos uno sofisticado, con el que en compañía de su hermano Juan, amante de la plástica y la astronomía, lograron hace casi 40 años, ser los primeros ecuatorianos en divisar y fotografiar al Cometa Halley, en su aproximación y paso cerca de la Tierra.

El padre de los Montesinos Burbano, Julio Montesinos Malo fue uno de los caricaturistas más conocidos de su época, al formar parte del temible equipo del periódico satírico La Escoba. Emigró a Guayaquil, y sus hijos, entre ellos Julio, se formaron académicamente allá. De lo que sé Julio y Juan heredaron la inclinación paterna a las artes plásticas, pero otro de los hermanos, José, eligió la carrera médica. (O)

Seguiremos.