El deshielo del suelo congelado aumenta la emisión de gases de efecto invernadero

EFECTO INVERNADERO

El agua subterránea que circula por el subsuelo debido al deshielo del permagel, el suelo que se mantiene congelado, transporta gases hasta los lagos árticos e incrementa el efecto invernadero, según ha cuantificado por primera vez un estudio hispanosueco que publica la revista ‘Nature Communications’.

La profesora de la Facultad de Ciencias de la Tierra y miembro del Instituto de Investigación Geomodels de la Universidad de Barcelona (UB), Carolina Olid, dirige esta investigación internacional en la que participan también investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y de las universidades suecas de Umeå y Linköping sobre el permagel, el suelo que se mantiene congelado en el Ártico, la Antártida, las altas montañas y llanuras elevadas de todo el mundo.

Según el nuevo estudio, el cambio climático potenciará el proceso de descarga de metano desde el permagel hasta los lagos árticos a través del agua subterránea, «motivo por el que debería incluirse este proceso en las predicciones climáticas», apunta Olid.

El Ártico es una de las zonas de la Tierra más sensibles al cambio climático y se está calentando a una velocidad dos o tres veces superior a la media global del planeta, informa en un comunicado la Universidad de Barcelona.

El nuevo trabajo tiene como modelo los lagos de la región de permagel esporádico, en el norte de Suecia, y el 50 % de los suelos están permanentemente congelados, solamente la capa superior del suelo se congela y descongela anualmente.

El estudio revela que el flujo de entrada de gas metano a través del agua subterránea en los lagos es más intenso en verano que en otoño por el aumento del volumen de agua que circula por el subsuelo.

«El cambio climático y la aceleración del deshielo del permagel aumentará la cantidad de gases de efecto invernadero que se puede transportar a los lagos a través del agua subterránea y, a su vez, el aumento de las precipitaciones durante la próxima década, incrementará también el flujo de agua subterránea y la descarga de metano en los lagos», explica la investigadora Carolina Olid.

«El agua del permagel no contiene solamente gases, sino también otros compuestos como nutrientes, metales y contaminantes, y la entrada de estos compuestos en los lagos perjudica el medio natural y los organismos que habitan en los ecosistemas», detalla el investigador postdoctoral en la Universidad de Umeå Gerard Rocher-Ros.

Aún es difícil determinar en qué zonas del planeta el proceso de deshielo del permagel será más rápido o acusado, así que en este escenario de incertidumbres climáticas, introducir la descarga del agua subterránea en los modelos climáticos mejorará las predicciones de las futuras emisiones de CH4 (metano) desde los lagos.

«Esto —concluye la profesora— nos permitirá evaluar el papel de los lagos en el ciclo del carbono y ver si realmente funcionan como fuentes o como posibles sumideros de gases de efecto invernadero, una información clave para desarrollar políticas de conservación adecuadas para mitigar el cambio climático». EFE