El Complejo de Todos Santos se reactiva con una variada oferta turística

Sala destinada a un espacio de bar en el Todos Santos Plaza Gourmet. Xavier Caivinagua/EL Mercurio

El tradicional barrio de Todos Santos, considerado el sector más antiguo de la ciudad, donde se conjuga la historia cañari, inca y española, conserva la costumbre de elaborar el pan en horno de leña.

El Convento de las Madres Oblatas, la panadería, el restaurante y la Iglesia forman parte del Complejo Patrimonial Todos Santos, que se ha reactivado después de la pandemia para recibir a los turistas nacionales y extranjeros.

“Su naturaleza histórica conlleva una mezcla de volver al pasado, de conocer cómo funcionaba hace 100 años este lugar, que más allá de ser un restaurante o una cafetería invita a adentrarse en la historia y conocer el significado que tiene para la ciudad este barrio, que acogió los primeros molinos de trigo, el primer horno de leña y las primeras panaderías de Cuenca”, expresa Gabriel Moscoso, administrador de Todos Santos Plaza Gourmet.

Durante los últimos dos meses se han desarrollado adecuaciones a fin de habilitar el espacio que tiene ocho áreas abiertas al público, estas incluyen panadería y pizzería en horno de leña, cafetería, comida rápida, cocteles y licores y zona de restaurantes con vista al río Tomebamba.

Está presente la típica gastronomía de los cuencanos como papas con cuero, locro de papas, asados, pan con nata, humitas fritas, tamales, quimbolitos, quesadillas, café pasado y chocolate de la abuela, entre otros platillos. En fechas especiales, como el Día de los Difuntos, se puede saborear las tradicionales guaguas de pan con la colada morada.

La tradicional panadería y y cafetería de Todos Santos ofrecen al público recetas heradadas de las Madres Oblatas. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Tradición

En el barrio se mantiene así una tradición que empezó con las Hermanas Oblatas en 1893, año en el que la comunidad religiosa se instaló en esa zona. Por generaciones se encargaron de la elaboración del pan blanco, las costras de dulce, las empanadas, los mestizos y las rodillas de cristo.

El horno de leña que utilizaban las religiosas dejó de funcionar en 1990, sin embargo, fueron las madres Oblatas, quienes dejaron el legado de las técnicas y recetas para la producción del pan a los habitantes del sector.

“Es un área grande y es complejo manejarla en forma solitaria o exclusiva, por ello, mantenemos coordinación con las Hermanas Oblatas en todas las actividades, próximamente se reabrirá el museo, que también se conecta con el restaurante, constituyendo una sola línea. (…) Hay también locales habilitados para alquiler de eventos sociales”, explicó Moscoso, quien ha efectuado una inversión para reactivar este espacio.

Las crónicas escritas sobre la fundación de Cuenca señalan que la primera misa católica fue celebrada en una capilla que existía en el lugar donde se levanta la iglesia de Todos Santos. El barrio era uno de los centros de concurrencia de la ciudad, debido a que los habitantes iban a moler el trigo y a comprar harina y pan. Hoy los turistas nacionales y extranjeros visitan este sitio, conocido como el barrio de las panaderías.

“Me gusta visitar con frecuencia este sector que se caracteriza por su arquitectura, su riqueza gastronómica y su herencia artesanal (…) Aquí se puede degustar el pan en horno de leña, la comida cuencana y unos coctelitos”, dice Paúl Martínez, un usuario de Todos Santos Plaza Gourmet, que tiene los espacios “Wari” y “Katari”, para cocteles y bebidas. Otra zona es la sala “Killari” con vista hacia el Río Tomebamba, donde se desarrollan shows en vivo cada semana.

La historia y el encanto que guarda el Complejo Patrimonial Todos Santos motivó a Moscoso a continuar con la tradición a fin de promover el turismo local e internacional, en uno de los sitios emblemáticos de la urbe, que guarda gran parte de la historia de la cuencanidad.