Exposición inmersiva de Van Gogh en Quito, arte y emoción

Grupos de personas asisten a la muestra del pintor neerlandés Vincent Van Gogh, referente del post impresionismo, con una exposición inmersiva de más de 200 obras, ayer, en Quito.

El pintor neerlandés Vincent Van Gogh, referente del post impresionismo, «llegó» a Quito con una exposición inmersiva de más de 200 obras, que «cobran vida» en un espectáculo lleno de sentimiento y emoción, en el que resaltan su serie Los Girasoles, La noche estrellada y varios autorretratos.

La exposición Imagine Van Gogh -que se abrió este sábado 15 de octubre de 2022 al público en Quito tras pasar por Francia, Canadá, EE.UU. y Argentina– fue creada por Annabelle Mauger y Julien Baron, famosos por sus obras inmersivas en Cathédrale d’Images, en Les Baux-de-Provence (Francia).

En medio de una estructura nunca antes vista en Ecuador, con pantallas de unos tres pisos de alto, el espectador puede sentirse parte, o dentro de las obras, al encontrarse de un momento a otro rodeado de inmensos trigales, de perspectivas irreales, o de enormes espirales que se enroscan como olas sobre el cielo en la famosa obra La noche estrellada, entre otros.

El dormitorio de Arlés y varios autorretratos del célebre artista, acompañados por una conmovedora banda sonora, se intercalan con otras obras nacidas de una paleta llena de vibrantes colores y contrastes, que parecen moverse gracias a la tecnología usada en la exposición, que estará abierta durante un mes en el Arena, del Centro Comercial Iñaquito (CCI).

Para Gabriela Capelo, productora general de Imagine Van Gogh, la exhibición digital de inmersión total es «arte, sentimiento, emoción. Es sentirse vivo».

Exposición

Annabelle Mauger, creadora de la exhibición en 2008, incluyó en la exposición obras de los dos últimos años de vida del artista para «compartir una pequeña parte de Francia» pintada por Van Gogh.

«Este tipo de exhibiciones son un lugar libre, familiar, para niños», anotó anoche durante la inauguración, al señalar que «hay algo mágico» en la exposición, que es «para todos, independientemente de la edad, cultura o lenguaje».

Antes de la zona inmersiva, de unos mil metros cuadrados, hay paneles pedagógicos para profundizar en conocimientos sobre la vida y obras del artista, que más de 130 años después de su muerte, se mantiene como uno de los más famosos de todos los tiempos.

La ministra de Cultura de Ecuador, María Elena Machuca, calificó de «mágica» la exhibición, que llega a ser un espectáculo sensorial y digital que combina arte, luces, colores, música y formas en las inmensas proyecciones de las obras de Van Gogh, que cambian constantemente en cada sesión, de treinta minutos de duración.

Se trata de obras proyectadas en Image Totale que forman parte de prestigiosas colecciones de museos como el Orsay, de París, la Galería Nacional de Arte de Londres, el Museo Van Gogh de Amsterdam, el Museo de Arte Moderno MoMA y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

«Él siente con ternura»

En la inauguración, la ministra dirigió al público una frase de Van Gogh: «Quiero tocar a la gente con mi arte, quiero que ellos digan él siente profundamente, él siente con ternura».

«Aquí estamos, entonces, para cumplir el deseo de Vincent Van Gogh de sentir profundamente la ternura en sus obras», dijo la ministra, quien durante la exhibición expresó su profunda emoción por encontrarse rodeada del arte de un maestro que supo interpretar paisajes luminosos, expresivos retratos y vibrantes escenas de la naturaleza «llenas de ternura».

Conmovida por los amarillos intensos y los característicos trazos de Van Gogh, la ministra -que es también artista- dijo que mirar la serie de los girasoles le evoca vida, y se lamentó de que dos activistas de la organización Just Stop Oil lanzasen el viernes sopa sobre el famoso cuadro «Los Girasoles», en la National Gallery de Londres.

Reconoció la importancia de alzar la voz para visibilizar los problemas actuales, pero la protesta se debe canalizar de otra forma, dijo en medio de la exposición que se ilumina con la serie de los girasoles, pintados entre 1888 y 1889, y que tenían un significado especial para Van Gogh pues comunicaban «gratitud».EFE