El presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró este miércoles 2 de noviembre de 2022 que “antes de prender cualquier turbina” de Hidroituango, que será la mayor central hidroeléctrica de Colombia, “debe evacuarse la población en riesgo”.
“Antes de prender cualquier turbina en Hidroituango debe evacuarse la población en riesgo como medida de precaución que es un principio universal. En el gobierno del cambio por la vida es primero la vida”, escribió Petro en su cuenta de Twitter en referencia al proyecto, que ha estado rodeado de polémicas.
En referencia a lo expresado por el presidente Petro, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, dijo que “así se hará”, al tiempo que esperan tener éxito en el Puesto de Mando Unificado desde donde se coordinarán “estas medidas y, en especial, sobre el tiempo adicional solicitado para realizar las pruebas sin ser sancionados”.
Cuando esté con sus ocho turbinas funcionando, Hidroituango tendrá una capacidad instalada de generación de 2.400 megavatios, equivalente al 17 % de la demanda de energía que tiene el país. En 2009 se desvió el río Cauca, el segundo más importante de Colombia, para construir el muro de 225 metros de altura.
Los constructores de la obra confían en que el 30 de noviembre pueda entrar en operación la primera turbina de la presa que se levanta en el cañón de un macizo montañoso en la localidad de Ituango, departamento de Antioquia (noroeste)
La obra comenzó en 2010 y debía estar concluida en 2018 pero el derrumbe de un túnel de desviación del río Cauca ese año obligó a los constructores a inundar la sala de máquinas, que estaba casi terminada, para evitar que el agua destruyera el muro de la presa que entonces estaba en construcción.
Esta megaobra no ha estado exenta de oposición, pues las comunidades de su alrededor, junto a organizaciones de la sociedad civil, han denunciado que la construcción de Hidroituango ha vulnerado derechos humanos, provocando desplazamientos de campesinos, e impactando la biodiversidad de la zona.
Contaminación del aire, del agua superficial y subterránea, cambios en la calidad del agua del embalse, cambios en la dinámica fluvial del río Cauca, modificación de las propiedades físicas y químicas de los suelos y cambios en la cobertura vegetal son algunas de las afectaciones, según el movimiento Ríos Vivos.
Además, el incidente de 2018 que obligó a inundar la sala de máquinas ante el peligro de rotura del muro ha planteado interrogantes sobre la posibilidad de que pueda volver a ocurrir y cómo afectaría a las poblaciones que viven alrededor. EFE