La política como la ciencia del poder y la capacidad de influir sobre la voluntad de otros para conducirlos a un bien común, ha sido por años una tarea exclusiva para los hombres. A menudo cuando una mujer ingresa a la arena política, se duda de su capacidad para tomar decisiones y es criticada por aspectos domésticos y de su vida privada, cuando decide alzar la voz y frenar los ataques se la acusa de victimizarse, con la afrenta de que ¿acaso no sabía a lo que se metía?
Las organizaciones y redes de hombres y mujeres que se constituyen a nivel nacional e internacional buscan empoderar a las mujeres para ingresar a las mujeres a la política y además trabajar por erradicar la violencia contra ellas. Visibilizar a las mujeres que han inspirado al mundo e inspirar a otras a ser parte del cambio de nuestras democracias es cada día un propósito de vida.
Lograr y potenciar la participación activa de las mujeres en política es fomentar la igualdad de oportunidades. Las mujeres deben ser partícipes de las agendas sociales, pero también económicas y estratégicas de los países por ser espacios decisivos para ellas y la sociedad; además porque la política también es asunto de mujeres. (O)