¿Quién manda en nuestro país?

Hugo Lucero Luzuriaga

Una pregunta abierta y de actualidad que nos hace reflexionar sobre las varias respuestas que se podrían generar ante la interrogante, en efecto: ¿Manda el Presidente? Obvio, porque es el Ejecutivo, empero, sus decisiones las más de las veces han sido débiles, contradictorias y que a la final terminan por cambiarse o contraponerse, ha perdido credibilidad.  ¿Manda el Legislativo? No debería, sin embargo, indirectamente también intervienen en el mandato al no dar paso a proyectos que emite el Ejecutivo y al agruparse en bloques que atentan contra la democracia. ¿El sistema Judicial? Su función es velar por la justicia, sin embargo, aparecen protervos intereses que le hacen dudar o desestabilizar al Ejecutivo. ¿Manda la narco- delincuencia? No debe mandar porque atenta contra un país, sin embargo, sus acciones causan caos comenzando por las cárceles hasta terminar en las calles en donde estos malandrines quieren imponer su ley. ¿Mandan los partidos o movimientos políticos? Todos se pelean por mandar, tomando protagonismo el movimiento indígena que es aprovechado por los politiqueros de turno.

A propósito, no nos olvidemos de los dos paros liderados por el movimiento indígena, siendo el último de junio de este año que casi que han obligado al Ejecutivo a aceptar la propuesta mediadora de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana de mesas diálogo, en donde han impuesto sus “exigencias”, y lo que es más preocupante terminan descontentos y anunciando nuevos paros, asumiendo que son la mayoría del pueblo ecuatoriano e irrespetando a un Ejecutivo que todo les acepta haciendo que como dice 4P: “nuestro país está de rodillas ante un grupo de dirigentes indígenas que creen poder decir y hacer lo que les plazca”, sabiendo que apenas constituyen el 7 % de la población ecuatoriana, muchos menos que otros países latinoamericanos.

En definitiva, casi todos mandan o quieren mandar en un Ecuador en donde como dice el aserto “hay muchos jefes, pero pocos indios”. ¡SEÑOR PRESIDENTE NO DEFRAUDE AL PAÍS! (O)