Minuto final

Confieso que nunca me he bajado los años, si algo, los he aumentado con el descarado interés de recibir algún piropo o para ocultar los atropellos del día a día, que nos guste o no, se hacen evidentes conforme pasa el tiempo. El 16 de agosto cumplí cincuenta años, soy un clásico modelo 72, y más allá del shock de llegar al medio siglo, de golpe sentí que la vida pasa volando, aunque, como la psicóloga Valeria Sabater afirma, la vida no es corta, el problema es que empezamos a vivirla tarde, comenta además que, para vivirla plenamente, es necesario dejar caer las máscaras de las pretensiones y buscar nuestra verdadera identidad para dejarla fluir.

El poeta y escritor ugandés Okot p’Bitek decía que las personas nunca seremos completamente libres, la sociedad nos asigna roles que poco a poco nos moldean, y su cumplimiento hace que de alguna manera no siempre actuemos como verdaderamente deseamos, ya sea para tratar de mantener paz en nuestro entorno, para hacer feliz a alguien más, o simplemente por miedo a las consecuencias de actuar como queremos.   Ya lo dijo George Bernard Shaw, “La libertad significa responsabilidad, por eso la mayoría de hombres le tiene tanto miedo”.

Reconocer que la vida pasa volando posiblemente debería hacernos sentir la necesidad de dejar caer las máscaras a las que Sabater hace referencia, y perder el miedo a ser libres de vivir la vida con mayor o menor intensidad dependiendo de las circunstancias, pero, utilizando una analogía futbolera, “dejando todo en la cancha”, porque finalmente y sin intención de discutir a Schopenhauer, la vida es hermosa y es un “partido” que debemos jugar hasta el último minuto y ninguno de nosotros tenemos la certeza de cuándo llegará ese minuto final. (O)

@ceciliaugalde

DZM

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social con experiencia en coberturas periodísticas, elaboración de suplementos y materiales comunicacionales impresos. Fue directora de diario La Tarde y es editora.

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