No es justo…

Mario Jaramillo Paredes

No es justo …fue la expresión de una mujer venezolana que logró -por la situación política y la pobreza extrema -huir de su país dejando atrás lo poco que tenía. Encontró un trabajo estable en el Ecuador y pese a todas las penalidades por las que debió pasar se siente privilegiada cuando se compara con miles de sus compatriotas que debieron quedarse.

Y, ciertamente no es justo. María Gabriela la hija mayor de Chávez tiene- según Forbes- una fortuna calculada en algo más tres mil millones de dólares y vive, no en la Venezuela revolucionaria y bolivariana sino, por supuesto, en lo que su padre llamaba el Imperio. Habita en un lujoso departamento en la zona más cara de Nueva York y tiene registros de gastar en un solo día ocho mil dólares en el capitalista almacén de Louis Vuitton, además de una suma desconocida el mismo día, en las tiendas de Hugo Boss y otras marcas imperialistas.

Maduro- el actual líder que empuña “la espada de Bolívar, que camina por América Latina” como decía un político ecuatoriano de cuyo nombre no quiero acordarme, es según revistas especializadas el mandatario con más bajo sueldo en el continente. Pero, tiene en las Islas Caimán y en otros paraísos fiscales una fortuna en torno de los mil doscientos millones de dólares, según publicaciones especializadas.

Venezuela es a partir de la revolución “bolivariana” el segundo país en el mundo con mayor emigración forzada por la pobreza. Seis millones de venezolanos han abandonado su país buscando una vida digna. Solamente en el Ecuador están alrededor de medio millón de estos hermanos latinoamericanos, muchos de ellos- muchísimos- con gran calidad profesional y humana.

El destino mayor de ellos es, no Cuba y otros países del socialismo del siglo XXI, sino los odiados Estados Unidos.

Como decía la mujer de este relato:! no es justo! lo que ocurre en países como Venezuela. No es justo que los líderes revolucionarios y sus familias ocupen destacados lugares en las listas de las mayores fortunas del mundo y vivan en lo que sus padres llaman El Imperio, mientras millones de seres humanos debieron huir llevando toda su vida en una maleta de mano para buscar cómo librarse de la penuria y la dictadura. (O)