Escasez de medicamentos: más allá de la subida del dólar

La escasez y el aumento del precio de los medicamentos impacta en América, y mientras en Argentina el costo de los recetados para el cáncer subió un 54,4 %, en México es difícil acceder a ciertos fármacos, un problema que se agudiza por la crisis económica global y las consecuencias sanitarias de la pandemia.

La escasez que se agravó este año «intensifica desigualdades entre países que, si bien han existido siempre, son más visibles». Así lo consideró en una entrevista con EFE Daniel Figueredo de Pérez, abogado especialista en derecho médico-sanitario, quien también señaló que aunque el alza del dólar importa, no lo es todo.

En el caso de Panamá, los precios son de los más elevados de la región, pues las farmacias compran a un distribuidor y no directamente al laboratorio, dijo a EFE el presidente de la Unión Nacional de Propietarios de Farmacias (Unprofa), Orlando Pérez.

De hecho, en julio pasado se vivieron las mayores protestas sociales en décadas en el país, pues en agosto se firmó un decreto que disminuye un 30 % el precio de 170 medicamentos, una medida que estará vigente por 6 meses prorrogables y que generó el cierre temporal de pequeñas farmacias que argumentaron que irían a la quiebra.

Ese mismo agosto se firmó otro decreto “que permitirá la apertura del mercado para que otros agentes puedan importar dichos productos al amparo del registro sanitario vigente en el territorio nacional, con el objetivo de reducir los costos de los medicamentos y acabar con los oligopolios en el país», según un comunicado del Gobierno.

El alto precio se debe a que suele haber escasez en la Caja del Seguro Social (CSS) y los asegurados deben acudir a farmacias privadas. Esto es atribuido por analistas a su desfasado proceso de adquisiciones y almacenamiento, y también a presuntas corruptelas.

También, en México la crisis se agudizó en 2019 ante los recortes presupuestarios y los cambios en la compra de medicinas del Gobierno, teniendo en cuenta que la industria nacional depende un 55 % de otros países.

El colectivo Cero Desabasto, una organización de más de 30 ONG, reportó que en los primeros 3 meses de 2022, el Instituto Mexicano del Seguro Social negó más recetas que las que rechazó en todo 2019, o en 2017 y 2018 juntos.

Figueredo de Pérez señala que hoy el tema tiene más ruido porque sistemas de salud “fuertes” también se ven afectados, como Estados Unidos, donde la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) ya categoriza la amoxicilina como un medicamento en escasez.

DÓLAR

En los primeros nueve meses de 2022 en Argentina los precios de las medicinas aumentaron el 61,7 %, apenas por debajo del índice general de inflación acumulada, del 66,1 %.

Unos 5 millones de afiliados a los servicios estatales de salud para jubilados reciben medicamentos sin costo, pero el titular de la Defensoría del Pueblo de la Tercera Edad de Buenos Aires, Eugenio Semino, advirtió que muchos remedios y tratamientos no están incluidos.

«Hoy el adulto mayor, sobre todo si está solo o no tiene otro tipo de apoyos, no consume las dosis conforme a la prescripción, sino conforme a lo que le alcanza al bolsillo», señaló.

El Observatorio de Costos de la Salud de la Unión Argentina de Salud (UAS) advirtió en un reciente informe que durante el segundo cuatrimestre del año ciertas drogas para el cáncer aumentaron 54,4 % y otras para el tratamiento del VIH un 35,15 %.

El informe de la UAS también concluye que, en comparación con Estados Unidos, el impacto del costo de los medicamentos en proporción al salario es mucho más alto.

Así, por ejemplo, a un argentino en términos de su salario le cuesta el 249 % más que a un estadounidense comprar una aspirina.

Asimismo, a finales de octubre el Ministerio de Salud de Colombia emitió una «alerta de abastecimiento» para 30 medicinas como amoxicilina, loratadina, paracetamol y losartán.

Clara Inés Rodriguez, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de la Industria Farmacéutica (Ascif), manifestó a EFE que han tenido dificultades por el alza del dólar, pues “los proveedores de materia prima -que acumulan un 95 % entre principios activos y material de empaques- aumentaron costos entre 30 % y 40 %».

Además, explicó, el país tiene una regulación de precios desde 2013: “Cuando vamos a comercializar tenemos un tope que no permite cargarle el valor adicional que ahora tiene la fabricación”.

COVID-19

«Hay un gran incremento de infecciones respiratorias, particularmente en niños» tras la pandemia, analizó Michael Ganio, de la Sociedad Estadounidense de Farmacéuticos, pues tras el aislamiento las personas vuelven a exponerse a virus y bacterias propios del exterior.

Para Figueredo de Pérez, el foco de la escasez de medicamentos está en los estragos que dejó la covid-19, entre ellos, un quiebre en la distribución y una demanda más alta por las consecuencias a largo plazo de las enfermedades respiratorias.

Adicional a esto, coincide con Rodríguez en que es natural que en la pandemia muchos procesos médicos que no tenían relación con la emergencia sanitaria quedaran “en espera” y en este momento los sistemas de salud se están “poniendo al día” con una demanda mayor.

Las autoridades en Argentina han tenido que buscar acuerdos con laboratorios, el más reciente fue firmado en julio y estableció que los precios solo podrían aumentar hasta un punto por debajo del índice de los precios al consumidor. Se renovó en septiembre y vencerá en los próximos días.

Fuentes en EE.UU. de la empresa farmacéutica comercializadora de amoxicilina Sandoz aseguraron a EFE que están trabajando con los Gobiernos para paliar el problema, aunque evitan pronunciarse sobre una posible subida de precio.

Por su parte, México anunció el 31 de julio un acuerdo entre la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) y el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) para establecer un modelo y adquirir medicamentos del extranjero.

Sin embargo, este mes acusó a la Unops de no cumplir con la entrega de todas las medicinas contratadas y adelantó la posibilidad de cancelar el convenio para adquirir medicamentos y material médico para el sector público hasta 2024.

En Colombia, Ascif espera reunirse con el sector farmacéutico y el Gobierno de Gustavo Petro para llegar a un acuerdo que sea viable para todas las partes.

Panamá también anunció conversaciones estratégicas, además, la CSS lanzó un programa mediante el cual pagará a las farmacias privadas por los medicamentos que adquieran los asegurados cuando estos no se encuentren en la entidad pública.

Figueredo de Pérez concluye que aunque no es sano hablar de un «desabastecimiento», pues no se ha llegado allí, sí es relevante entender una creciente desigualdad entre países y la necesidad de que «la fabricación de materias primas, de algo tan vital como la medicina, no esté concentrada en el norte global». EFE