Vuelve Papá Noel

Hugo Lucero Luzuriaga

Papá Noel vuelve este año al planeta tierra, solo que ahora ha “crecido”, observándose en las vitrinas cada vez más grande y bailarín al compás del ritmo “urbano”. Desde hace mucho antes de diciembre hace su presencia sobre todo en los grandes almacenas que muestran al barbudo con lentes, vestido de rojo y sonriente.

Papá Noel y las luces navideñas se encargan de recordarnos de que es tiempo de regalos, de engatusarnos y persuadirnos de que son indispensables estos y que nuestros hijos serán infelices si no tienen el obsequio. Se regala las más de las veces sin consultar con el bolsillo, aunque nos facilitamos con las tarjetas de crédito o los plazos interminables, artificios inventados para exprimirnos todo el año. Viejo barbudo que cada año renueva su cargamento al extremo de ahora seducir con vehículos chinos, japoneses, americanos y paseos a los “resort”. Y lo que sorprende es su innovación, sabiendo que él también viene con el famoso Black Friday (viernes negro), además de rifas y premios que enloquecen al ingenuo consumidor, siendo ardides de negociantes incluso desleales que atentan al bolsillo de los impulsivos e ingenuos compradores.

Papa Noel, tradición religiosa que con el regalar se ha convertido en una necesidad creada por los humanos que está conduciendo a que los niños sean más  exigentes, descontentos y con ilusiones fugaces, y que los adultos se hayan materializado en detrimento de los valores generándose una lucha por “tener más que ser más”, empoderándose, absurdamente, la creencia de que la alegría y felicidad en navidad consiste en regalar y en preparar una variedad de comidas y en abundancia que terminan en el desperdicio, adicionándose a la contaminación ambiental.

Papá Noel es el símbolo del consumismo, del materialismo, de las desigualdades y del incremento de brechas cada vez mayores entre ricos y pobres. Personaje que ha creado el estereotipo de que el que tiene más es más feliz, por ello recordad: NO ES MÁS RICO EL QUE MÁS TIENE, SINO EL QUE MENOS NECESITA, Y QUE LAS MEJORES COSAS DE LA VIDA SIEMPRE SON GRATIS… (O)