El Desfile Estudiantil

Mil estudiantes de veinte y un planteles fueron convocados para celebrar a Cuenca por sus 202 años de independencia.

Este sábado, ellos reeditaron uno de los actos más representativos y tradicionales con los cuales los jóvenes le dicen a la ciudad: “Viva Cuenca”.

Efectuado veinte y tres días después del 3 de Noviembre, la fecha conmemorativa, no le resta importancia ni alegría, peor el espíritu cívico de la juventud, tampoco el empeño de los planteles educativos, cuya participación es digna de merecidos aplausos.

Además, así se convino en la agenda de fiestas cuyos actos incluso se prolongarán hasta el próximo mes.

Veinte y cuatro provincias del Ecuador fueron representadas por la comunidad estudiantil. Quienes asistieron al evento disfrutaron de las costumbres, de la música, de la religiosidad popular, de los colores y olores, de la vestimenta y demás ornamentos, típicos del Ecuador diverso.

Cuenca, por mil y más razones, abriga a ecuatorianos provenientes de las demás provincias. Razones suficientes para representarlas en el Desfile Estudiantil, como señal de hermandad y de unión nacional, tantas veces reclamadas e insinuadas para superarnos como país.

Las representaciones de cada provincia, vividas y sentidas por los jóvenes en sus respectivos carros alegóricos, sin duda hicieron pensar en el Ecuador grande, de una riqueza humana inigualable, de arraigadas culturas, de razas y costumbres.

Si ahora la participación de nuestra Selección de Fútbol nos representa con orgullo en el Mundial de Qatar 2022, sobran las razones para sentirnos y actuar de igual manera en tanto en cuanto país, tan necesitado del aporte positivo de todos sus ciudadanos, incluso por encima de las diferencias políticas, no siempre pensadas en lo colectivo ni en el bien común.

Bien por las entidades organizadoras del Desfile Estudiantil, ni se diga por los jóvenes; en fin, por todos quienes pusieron todo de sí, sin nada a cambio, para el éxito del evento.