Bodas de Oro y gratitud

Edgar Pesántez Torres

Todas las sociedades humanas, desde las más primitivas hasta las digitalizadas, desarrollaron formas de comunicación, inicialmente con lenguaje corporal, parodias y onomatopeyas, hasta la creación del habla y la escritura. Los medios de comunicación social emergieron en el Ecuador en s. XVIII, entregando información y publicidad, comentando y criticando la realidad.

Inicialmente la tarea fue de ilustrados y autodidactas, quienes cumplieron con esta función. La carencia de títulos y la ausencia de ley, hizo que la lucha de los periodistas llegara a buen fin en 1975 con la Ley de Ejercicio Profesional del Periodista. Más tarde, las universidades concedieron títulos académicos.

La Universidad de Cuenca inaugura la Escuela de Ciencias de la Información en 1971, teniendo en su planta docente a Hugo Ordóñez Espinosa, José Edmundo Maldonado y una pléyade de ilustres maestros de la Facultad de Filosofía, hasta lograr la primera promoción, entre las que estuvo Martha Cardoso de Piedra, que luego se convirtió en ícono de la Escuela y del periodismo azuayos.

La Escuela de Información, ahora escindida en las Carreras de Periodismo y Comunicación, conmemoró sus Bodas de Oro en auditorio de Balzay, en donde se llevó a cabo la Sesión Solemne, el 24 de noviembre pasado, con sendos discursos de las autoridades de la Alma Mater.

Consigno mi gratitud a las autoridades por el homenaje que me ofrecieron por mi modesta labor de profesor y profesional. También quiero resaltar la labor que ha cumplido la Facultad y sus Carreras, augurando que las renovadas autoridades avizoren las necesidades de la sociedad presente y futura con nuevas ofertas, a fin de que los egresados no vayan a enrolar las filas de la desocupación.

Con este motivo quiero decir que la maldición del periodismo radica en que su gloria se construye sobre las desgracias de la humanidad; no porque el periodismo se regocije con las tragedias ajenas, sino poque es, en el fondo, una manifestación espontánea e inconsciente de cómo las sociedades se quieren ver a sí mismas. ¿Qué tanto de lo que se critica al periodismo es culpa de sus agentes y qué tanto lo es de la esquizofrenia de una sociedad manipulada y enajenada?…

Hoy que se ha reflejado y reafirmando que el periodismo ha entrado a la era de la comunicación mundial, hay que advertir que ya no está bajo el signo de Prometeo (la producción), sino de Hermes (la comunicación). (O)