Por sorteo

Luis Ochoa Maldonado

Cuando estamos motivados por la selección de futbol, en Katar, siguen asesinatos a mansalva en provincias en estado de excepción, la seguridad empañada hasta en nosocomios por bandas criminales que buscan ejecutar a pacientes en los antes sagrados lugares para recuperar enfermos. No podía faltar la pugna de poderes entre la Asamblea y los vocales del Consejo de Participación Ciudadana, que, siendo censurados por una mayoría legislativa, acuden a jueces para pedir auxilio y seguir en sus funciones, que paralizan al ente en morosidad, que luego de 6 años de destituido el ultimo Contralor elegido por concurso, Polit, pasan de agache los gobernantes de turno, con la presencia de subrogantes incluso de funcionarios apresados.

Si los unos son honrados y los otros pillos o viceversa, lo difícil es precisamente acertar en esta categorización, pero los resultados siguen los mismos, sin Contralor independiente, se continúan interviniendo en reglamentos que son el marco a través de los cuales se manipulan los concursos, sin ponerse de acuerdo en el instrumento de selección. Entonces por favor ´para avanzar en este maremágnum, que lo único que hace es postrar la lucha contra la corrupción, sería oportuno escoger por sorteo entre postulantes calificados a la luz pública, que hayan pasado las etapas de impugnación y seguimiento con el suero de la verdad y detector de mentiras. Seguramente nos ahorraríamos la vergüenza acumulada entre los actores políticos que ha dentelladas se disputan el poder, así como no pocos recursos en tiempo y financiamiento.

Cuando se hicieron reajustes en la Corte Constitucional, el sorteo definió al tercio que debía ser reemplazado, que si hubiese sido de consensuar hasta la fecha estaríamos empantanados en acciones de protección. Es la misma Corte que debe zanjar esos aprovechados fallos de jueces de dudosa competencia, para evitar estos desajustes, como antes paso con las del municipio de Quito y su Alcalde o de la expresidenta del Legislativo cuando perdió el apoyo de quienes la eligieron, consiguiendo postergarse en sus funciones a fuerza de fallos judiciales. Mientras la institucionalidad en pausa. ¿Hasta cuándo? (O)