Japoneses

Ana Abad R.

Mientras miles de hinchas dejan decenas de botellas de plástico, recipientes, fundas y otros residuos en los estadios de Qatar, los japones con sus fundas limpian los graderíos incluso cuando su equipo no juega, como una expresión de respeto y agradecimiento al lugar que los recibe porque “los japoneses nunca dejamos basura detrás de nosotros”. En la cultura japonesa son las familias quienes se responsabilizan de la gestión de sus propios residuos: reutilizan los desechos orgánicos como compost en sus jardines o cultivos; lavan los envases de vidrio, plástico o latas, desmontan y pliegan el cartón para luego todo esto llevarlo al punto de reciclaje; esto, junto a la posibilidad de realizar trueques en un centro de intercambio de objetos. Este respeto por el espacio y el medio ambiente es “algo natural” porque desde muy pequeños se les enseña a limpiar en casa y todos los días, luego de clases, sus aulas y centros educativos quedan listos y aseados para el día siguiente. Aunque seamos la ciudad con “mejor recolección y tratamiento de la basura” en el país, mucho nos falta por aprender para responsabilizarnos de los residuos que producimos y saber reciclarlos, limpiarlos, separarlos, gestionarlos y, sobre todo, disminuirlos. ¡No dejemos basura detrás de nosotros! (O)