Autonomía y Extradición… ¡Vaya problema!

Andrés F. Ugalde Vázquez @andresugaldev

Lo cierto es que, el maltrecho gobierno nacional, en un desesperado intento por ganar popularidad, ha planteado una consulta popular, ocho preguntas en total, que giran en torno a la seguridad, democracia y medio ambiente. Una consulta para aderezar las elecciones y darles, así sin querer la cosa, un ligero toque hacia el gobierno. ¿La ética detrás de la intención? Bueno, otro espacio habrá para juzgarlo.

En fin, buscaremos hoy, y no tanto por dármelas de experto sino para abrir el debate, analizar las dos primeras preguntas, que abordan el tema de la seguridad. Así, la primera pregunta, que indaga si queremos permitir la extradición de ecuatorianos, implica enmendar la Constitución, indicando que los ecuatorianos se juzgarán según las leyes del Ecuador, excepto para los delitos de crimen organizado “como” (atención a la palabrita) el tráfico de drogas y tal. El argumento es razonable sin duda, dada la realidad del narcotráfico que asola al país. El asunto es que esto sucede porque los sistemas penales de otros países tienen penas “más duras” y porque la credibilidad del sistema judicial ecuatoriano está en crisis.

Luego, ¿no pueden ser aquí las penas más duras? Además, si el sistema judicial está en crisis ¿no deberíamos reformarlo en lugar de sacar el cuerpo con la extradición? Esto, sin hablar de ese “como”, ambigua puerta por la que, según entiendo, se puede terminar extraditando a un ecuatoriano por casi cualquier cosa.

La segunda pregunta, en cambio, plantea un tema más simple: que la selección (evaluación, ascenso y sanción) de los fiscales ya no dependa del Consejo de la Judicatura sino de un organismo interno llamado “Concejo Fiscal”. Y si, bravo por la autonomía, sin embargo, habrá que pensarse bien esto de la creación de una suerte de super fiscales (siete en total), designados directamente (alguien diría “a dedo”) por el fiscal general, y a cuyo criterio se deberán subordinar todos los fiscales del país y sus procesos. ¿Seremos capaces de mantener dicho estamento ajeno a la arbitrariedad y los apetitos de la política?

Pues habrá que pensarlo con cuidado, porque es mucho lo que está en juego… (O)