Adaptaciones curriculares, una estrategia para enfrentar el rezago educativo en la Sierra

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En las instituciones educativas se ha tenido que buscar diferentes maneras para recuperar lo perdido en la pandemia. Xavier Caivinagua

La primera mitad del periodo educativo en la Sierra y Amazonía está por terminar con los exámenes quimestrales. Y con esto, los docentes, las familias y los estudiantes ya tienen un panorama de lo que ha significado el regreso a las aulas en la pospandemia.

A diferencia del 2020, 2021 y parte del 2022, este año escolar fue considerado como un proceso en el que todavía se trata de recuperar lo perdido en la etapa en que los estudiantes tuvieron que estudiar en sus casas, a través de la virtualidad.

Recuperar aprendizajes, cambiar hábitos y apersonarse de la educación son parte de las palabras clave que siguen siendo una bandera en las escuelas y colegios fiscales del Ecuador.

Aquello se debe a que, desde que empezó el año escolar 2022-2023, se ha visibilizado el rezago educativo entre los niños y adolescentes, principalmente en matemáticas, lengua e inglés.

“Los propios docentes nos comentan que hay avances, pese a ello tenemos casos en los que debemos propiciar espacios de nivelación, sobre todo en el ámbito de la básica. Es un poco más en donde se vivencia estos años de rezago”, explicó Joana Abad, coordinadora de la zona 6 del Ministerio de Educación.

De acuerdo a lo que sucede en las aulas y a los resultados en las pruebas, se ha identificado que hay mayores problemas entre aquellos estudiantes que recién están aprendiendo a leer o que cursan los primeros años de escuela.

Ese tipo de casos, una vez que empezó el año lectivo en la Sierra, se vio, por ejemplo, en la Escuela 12 de Abril, en Cuenca.

“Se iniciaron con los contenidos en cada grado, pero no se ha avanzado en el mismo porcentaje para el final del primer quimestre, como se avanzaba en cada año antes de la pandemia”, comentó Pedro Calle, rector de la Escuela 12 de Abril.

Ante esa realidad, Calle explicó que tuvieron que identificar a los estudiantes que más problemas tenían, hacer adaptaciones curriculares, y desarrollar programas de nivelación.

Un primer quimestre a “paso de tortuga”

No solo los estudiantes de las escuelas han tenido complicaciones en su aprendizaje en estos casi cien días de clases en la Sierra. Los profesores de bachillerato también cambiaron sus modalidades de enseñanza para ayudar a los adolescentes.

Por ejemplo, en el colegio Miguel Moreno, los docentes tuvieron que volver a las bases de las materias para empezar a enseñar.

“Son muy bajos los conocimientos. Se ha tenido que retroceder. Hemos avanzado a paso de tortuga porque nosotros regresamos a las bases para que vuelvan a aprender nuestros estudiantes”, comentó Beatriz Ortega, docente y vicerrectora de la jornada matutina del colegio Miguel Moreno.      

Si bien el panorama educativo tras la pandemia no es el mejor, para Ortega hay avances entre los estudiantes que tuvieron que reaprender.

Por lo que ahora se espera que, para el segundo quimestre, haya un cambio más notable que no repercute en gran medida el futuro de los niños y adolescentes. (I)