Fin de los radares

La especie humana fue civilizándose a un grado superior hasta formar la sociedad, para lo cual creó leyes a favor de la paz, la armonía y el desarrollo; de esta manera fue instaurando la libertad, en función del bien personal y colectivo. Las legislaciones se fueron dando de manera tácita y explícita, a tono con las circunstancias espaciotemporales. Así se establecieron leyes expresas para cumplirlas con sujeción a códigos determinados que ayuden al bienestar común y leyes tácitas por consentimiento habitual, cuyo principio fue la norma del buen vivir, no penada pero sí censurada. 

Deplorablemente con la ‘democracia civilizatoria’ advino la burocracia como diosa griega para amamantar a políticos, corifeos, áulicos y sacristanes, quienes acompañan en las lides electorales y una vez que triunfan sus cabecillas iban a engrosar las entidades públicas, sin funciones específicas sociales, pero con claras directrices de encubrir a los superiores y ellos enriquecerse en el menor tiempo posible. 

Para saldar los gastos de campañas electorales y satisfacer el apetito de sus seguidores, optan por poner impuestos al zopenco pueblo para que, a través de multas, pague a quienes los engañaron ahora en el poder. Basta una prueba al canto para ejemplificar lo que se dice: la Emov EP, que nació un fatídico 9 de abril de 2010 para aumenta la burocracia municipal y recaudar capitales a través del abuso indiscriminado a los ciudadanos. 

Varios métodos se han manejado en la Emov EP para sancionar a diestro y siniestro a los habitantes, especialmente a los conductores de vehículos. Se inició con los famosos cepos y se llegó a los radares, sistema indiscriminado y tramposo para sacar dinero antes que mejorar la calidad de vida, la seguridad ciudadana, la salud pública y la mitigación de efectos ambientales que líricamente consta en el plan de ordenamiento territorial del cantón.  

Contra viento y marea las autoridades de esta aborrecible empresa firmaron un contrato con fines recaudatorios antes que otra cosa, como debía ser la prevención y educación vial. Desde hace muchos años se venía cuestionando el sistema de radares y un edilse abanderó de este abuso con acusaciones públicas. Por entonces profetizamos que estas denuncias serían puntuales para que el concejal aspire a la Alcaldía. Ahora que la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad la terminación del contrato entre la Emov EP y Móvil Technology, el candidato denunciante sube exponencialmente, el firmante se derrumba aparatosamente