Autoridades electas

Casi todos los 211 cantones y 23 de las 24 provincias del país amanecieron este lunes sabiendo quienes son los nuevos alcaldes y prefectos.

Se exceptúa a Galápagos, donde no se elige prefecto.

Una vez procesado el triunfo, a los ganadores les tocará ubicarse “donde las papas queman”, en especial para quienes acceden a esos cargos por primera vez.

La entrega de información financiera suele ser una fase no tan transparente, maquillada muchas veces, si bien los presupuestos de 2022 son prorrogados para 2023, aunque pueden ser reprogramados por las autoridades entrantes.

Esta tarea, por ejemplo, debe ser una obligación legal a constar en el Código de la Democracia, y a cumplirse antes de la campaña electoral, con cargo a responsabilidades civiles o penales en caso de tergiversación.

De esa forma, luego no habrá motivos para la quejas, tan, pero tan evocadas por los recién estrenados en el cargo cuando enfrentan las primeras dificultades, incluyendo las de gobernanza.

En el transcurso de este día también se confirmarán a los ganadores para las concejalías. Esto permitirá comenzar a pensarse en las potenciales mayorías, claves para elegir a los vicealcaldes y a una equilibrada integración de comisiones.

Similar tendencia es aplicable para el caso de los nuevos prefectos. Los alcaldes, vale recordar, son parte de los Gobiernos Provinciales, cuya mayoría, facilitará, asimismo, la gobernanza.

Como ya lo anotamos: viene la hora de la realidad, de tomar decisiones políticas, de poner en camino el plan de trabajo, por lo general alejado de la serie de ofertas hechas al calor de la campaña, las más sin el mayor sustento financiero, ni técnico, ni de conveniencia.

 Casi todos los electos provienen de alianzas políticas. Ojalá, por coherencia permanezcan fieles al partido o movimiento cuyos principios y banderas enarbolaron para triunfar.

El pueblo ha hecho lo suyo: elegir a sus dignatarios. A estos les corresponde no defraudarlo; a representarlo con honor y liderazgo.