Escribimos estas líneas con la esperanza de que nuestro pueblo no se equivoca al elegir a sus dignatarios; posiblemente las nuevas autoridades están prestas a cumplir con el caudal de ofertas enunciadas en la campaña, en tanto sus partidarios piensan en las pequeñas cuotas de poder; así nuestro país siempre dividido entre perdedores y supuestos ganadores acude a las urnas con la obligatoriedad del voto y la sensación de un loteriazo que cambie su suerte y destino, un voto expectante y no razonado, por supuesto. Recordamos una frase de Groucho Marx con su humor y sátira característicos “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados” así las cosas la realidad de nuestros países se forja en función de los intereses personales mientras la unidad de país se volatiliza y se experimenta día a día la frustración, el desamparo y la miseria mientras las alianzas, componendas y demás pestes comienzan a repartirse el botín. En fin, las elecciones de este año marcan, una vez más, a nuestro Ecuador amargo y profundo, este lugar natal al que amamos sin límites. Vaya el abrazo a los compatriotas y que esta nueva época nos represente en justicia, honestidad y paz como los ecuatorianos merecemos. (O)
