Guillermo Camacho, un entrenador de ajedrez que rescata perritos de la calle

La filosofía del técnico cubano se basa en que para ser un buen ajedrecista hay que ser una buena persona.

Camacho, un ajedrecista que rescata animales
Guillermo Camacho junto a “Suco”, uno de los perritos que ha rescatado de calle. José Mosquera/El Mercurio

Es común ver caminar a Guillermo Camacho Martínez, técnico de los ajedrecistas azuayos, junto a perritos abandonados. Lo hace por las inmediaciones del Complejo Bolivariano.

Entre libros, relojes, tableros y piezas de ajedrez siempre lleva consigo una funda con panes o croquetas para calmarles el hambre. “Para ser un buen ajedrecista hay que ser una buena persona”. Esta es la frase que el cubano siempre les dice a sus alumnos.

El Maestro FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) no solo repite esta cita, también predica con el ejemplo. Pone en práctica sus mejores jugadas dentro y fuera de los tableros.

A más de impartir sus vastos conocimientos entre los seleccionados azuayos se dedica también a rescatar animales para luego ponerlos en adopción.

“Muchas personas lamentablemente abandonan a sus mascotas en el coliseo Mayor”.

Como en el ajedrez, Guillermo escribe la propia partida de su vida para que otros puedan leerla y emular sus acciones.

El amor por los animales es tal que, la Casa del Ajedrez se ha convertido en una especie de refugio de perritos que, como una especie de imán, llegan a este espacio en busca de alimentos.

Aquí, no solamente brotan las ideas sino también las buenas intenciones. “En este lugar se labra la mente y el espíritu”, dice.
En los exteriores, inclusive, es común observar unos cartones para que los perritos descansen o pasen la noche. Sin duda, una estrategia tan satisfactoria como un jaque mate.

Hace pocos días llegó una cachorrita a la Casa del Ajedrez. El buen corazón de “Chicho” hizo que la acogiera y lleve a esterilizarla hasta encontrar una persona que quiera llevarla. “Me da mucha lástima ver sufrir a los animales desamparados, por lo que trato de aportar con mi pequeño grano de arena”.

Hace pocos días llegó un cachorrita a la Casa del Ajedrez, que fue acogida por Camacho.

Los alumnos de Camacho, como David Mendoza, comparten el mismo amor por los animales. “Todos colaboramos cuando un perrito viene a la sala de ajedrez”, expresa el estudiante.

Hugo Oswaldo Mogrovejo, comunicador de la Federación Deportiva del Azuay (FDA), resalta la labor altruista y noble. “Es algo digno de admirar e imitar”, sostiene.

Son incontables perritos que Camacho ha rescatado. Uno de ellos es “Suco”, que debido a su avanzada edad ya no puede caminar. Ante esta situación, “Chicho” le lleva los alimentos a la garita del Complejo Bolivariano, donde permanece acostado. “El amor que siento por el ajedrez y los animales es inagotable e incondicional”.

Tiempos libres

Guillermo Camacho, licenciado en cultura física y deporte, no solamente rescata animales en su tiempo libre. También estudia tres horas diarias partituras y analiza jugadas, escuchando música ambiental de fondo para eliminar el estrés y provocar una mayor concentración.

Estas estrategias le han servido mucho, por lo que también las utiliza en clases.

Además, le gusta ver documentales de historia en Discovery Channel, History Channel. A veces prefiere ir al cine, junto a su novia cuencana María Lorena Arízaga.

Entre dos culturas

El entrenador cubano dice sentirse “más cuencano que el mote”. Cuando le preguntan su nacionalidad, responde eufóricamente: “Ecuador es mi segunda patria”.

Se identifica con la cultura, las tradiciones y la gastronomía morlaca, pues asegura que le encanta el cuy asado con mote, papas y buen ají.

Sin embargo, confiesa que extraña su patria. Para sentirse como si estuviera en casa prepara algunos platos típicos de Cuba como el arroz con leche y carne de cerdo asada.

Antes acostumbraba ir una vez al año a su natal Pinar del Río-Cuba para pasar las fiestas de Navidad en familia, pero ahora prefiere hacerlo cada dos años, por la situación económica.

“Lo que más extraño de allá son los amigos, el ambiente, el calor humano, los vecinos, el ron que lo tomamos moderadamente para compartir”.

De Cuba también añora esas partidas que se juegan en cada rincón de este país de ajedrecistas por excelencia.

Nivel

Camacho, de 49 años, destaca que el ajedrez ecuatoriano tiene un gran nivel, pero le hace falta mayor roce internacional.

“Muchos ajedrecistas salen a jugar en Europa, pero nuestros seleccionados nacionales no lo hacen y se estancan”.

Camacho, además, cree que se debería implementar el ajedrez en el pénsum de estudios de escuelas y colegios, como se lo hace en Cuba y en algunos plantes de Ecuador. Uno de ellos: la Unidad Educativa Latinoamericano.

De igual manera, recomienda que se debería emular las clases televisadas y en cadena nacional que se trasmiten en su país, para mejorar el nivel de ajedrez en Ecuador.

Sus inicios

La pasión que “Chicho” siente por el ajedrez fue heredada de su padre Guillermo Camacho Peñate, quien también se desenvolvía como entrenador de FDA.

Inició a mover fichas a los 14 años. Desde ese entonces empezó a entender que el deporte ciencia es más que 32 piezas y 64 casillas.

Asegura que el ajedrez es como la vida, ya que “cada decisión es una jugada que define el futuro”, como aquella que tomó en el 2014 cuando le reemplazó a su progenitor en la dirección técnica del Azuay.

“No me arrepiento de nada. Desde ese entonces me ha ido muy bien, incluso, algunos alumnos que fueron de mi padre ahora son mis alumnos”, concluye. (D)

LA CIFRA

50 dólares mensuales de su sueldo dona Camacho para ayudar a los perritos de la calle.

EL DETALLE

– Como parte de la captación y preparación de los seleccionados locales se tiene previsto realizar 11 fechas de los “Torneos de Ajedrez Federación Deportiva del Azuay 2023”.