La Universidad de Cuenca apuesta por el uso de la inteligencia artificial

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Jorge Maldonado fue uno de los docentes investigadores que compartió su experiencia con la inteligencia artificial. Xavier Caivinagua

Desde que se lanzó “ChatGPT”, la inteligencia artificial se volvió una tendencia en todos los ámbitos. Basta con escribir una orden o una pregunta para obtener una serie de respuestas o resultados que pueden referirse desde cómo organizar un evento hasta cómo obtener una explicación sencilla de la informática cuántica.

La facilidad con la que el ChatGPT (una herramienta de lenguaje comunicacional que funciona con inteligencia artificial) ha empezado a dar respuestas de todo tipo, ha llamado la atención no solo de quienes están dedicados a la computación, sino de los distintos profesionales.

A este último grupo se unió la Universidad de Cuenca, que mira la inteligencia artificial como una poderosa herramienta educativa, tanto para sus estudiantes como para sus profesores.

Ante ello, bajo la premisa de lo que podría entregar la inteligencia artificial a la comunidad educativa, la Dirección de Evaluación organizó un taller en la que los alumnos y el personal de la institución se acercaron al ChatGPT.

Si bien en la universidad había grupos de investigación que ya habían usado la inteligencia artificial en sus proyectos, el establecimiento dio un primer salto para extenderla hacia los métodos de enseñanza de los docentes.

“Esto, poco a poco, les va a ayudar a reinventarse como docentes. Hoy en día, el profesor tiene que tener un valor agregado para que el estudiante vaya a su clase”, dijo a El Mercurio Jorge Maldonado, director de Evaluación.

Para fomentar el uso de la inteligencia artificial a través de las distintas herramientas que están disponibles, la Universidad de Cuenca invitó a Miguel Morales, un experto sobre la aplicación del ChatGPT en las aulas.

Hasta el momento, Morales ha creado más de 90 indicaciones que pueden ser utilizadas en el ChatGPT para obtener una serie de recursos educativos.

Desde hacer planificaciones educativas hasta generar materiales didácticos son parte de las múltiples opciones que puede entregar ChatGPT.

“Ustedes pueden pedir ideas, estrategias, actividades de cómo presentar un tema, de cómo llegar al estudiante. Hay un sinfín de formas que podemos utilizar en nuestra labor docente”, explicó Morales.

Para Miguel Morales, el ChatGPT es un “ayudante de cátedra” de los profesores. En su caso, el investigador, por ejemplo, a través de las indicaciones que ha dado a la inteligencia artificial, ha generado mapas mentales, ha establecido rúbricas de evaluación y ha pedido formas de cómo iniciar una clase.

Usar la I.A con ética

No solo para la docencia el ChatGPT es una poderosa herramienta. Asimismo, para los estudiantes, el lenguaje comunicacional ha sido un espacio de guía y de búsqueda de nuevas ideas en su proceso de formación.

No obstante, también se lo ha utilizado, por ejemplo, para crear ensayos u obtener información que ha sido copiada y pegada sin un filtro y sin una intervención total de los estudiantes.

“En esto también viene las implicaciones éticas. Qué se puede o no se puede. Yo creo que este año estamos develando la tecnología que va a traer mucha tela que cortar en el ámbito académico, científico”, opinó Jorge Maldonado.

Y en ese proceso de develamiento, para la Universidad de Cuenca, es necesario que los profesores conozcan de la inteligencia artificial, de la tecnología que existe y de lo que los estudiantes jóvenes están usando en su formación, con el único objetivo de guiarlos hacia su profesionalización con ética. (I)