“Cumbres borrascosas”

Juan F. Castanier Muñoz

Es el título de una película filmada en 1939, con un interesante argumento que narra la vida de dos familias inglesas, caracterizada por amores apasionados, odios enfermizos, venganzas, conflictos, ansiedades y desventuras. Basada en la novela de la inglesa Emily Bronte. Su título obedece al nombre en inglés, Wuthering Heights, de la hacienda en la cual se desarrolla la historia, situada en los sombríos y desolados páramos de Yorkshire.

No parece exagerado trasladar el calificativo mencionado a ciertas conflictivas relaciones de la política ecuatoriana, donde a veces las explicaciones se vuelven difíciles, los justificativos inentendibles y los pretextos increíbles. La relación de correistas y socialcristianos, para poner el ejemplo más a la mano, es una relación “borrascosa”, a todas luces: coinciden en un montón de cosas pero aparentemente no se hablan entre ellos, hacen declaraciones a los medios como si se hubieran conversado previamente pero luego juran independencia de criterios los unos de los otros, se lanzan flores y lisonjas en ocasiones, como que nada la cosa, y más tarde se atacan e insultan mutuamente, procuran no ser vistos juntos en lugares públicos ni en los pasillos de la Asamblea pero los “corre ve y dile” de la farándula política saben de las malas noches para cocinar los acuerdos truchos, se abrazan y se hacen chistes en privado pero ante las cámaras fingen no verse y, si es posible, hasta se hacen gestos.

Debe ser frustrante una relación que no puede “mostrarse” o, será como en aquellos amoríos ocultos que, justamente la “clandestinidad” les pone el toque interesante, misterioso y atrayente. “Te odio y te quiero” es el título de un viejo bolero que a lo mejor resume lo descrito y pinta de cuerpo entero las tóxicas relaciones de nuestra azarosa vida política, donde el trámite de un posible juicio político al primer mandatario de la nación, asunto muy serio por lo demás y con profundas e importantes repercusiones para la marcha del país, ha debido pasar por más de una “borrasca”, primero para tratar de ajustar los términos de un informe y, luego, buscando ¡la causa para el juzgamiento! (O)