¡Es el Colmo!

Hugo Lucero Luzuriaga

Sí, es el COLMO que nuestras autoridades se disputen, cual campo de batalla, en función de sacar provechos personales en desmedro de la ciudadanía que está harta de tanta “casi que payasada” en los diferentes poderes del Estado. El pueblo está ya cansado de un “fuego cruzado” sobre todo entre asambleístas que pretenden desestabilizar al país en base a la propuesta de un juicio sin mayor sustento legal, amén de que es redactado y planteado por personajes que desconocen o se hacen que no conocen de leyes que deben primar en las funciones del Estado. Curioso es escuchar posturas y planteamientos de algunas asambleístas desestabilizadoras convertidas en parlantes del correísmo, empero, lo más llamativo, es que con una facilidad pueril no pocos “padres de la patria” se retractan cuando están conscientes de que sus propósitos no son viables y que casi con seguridad no tendrían el apoyo de la Corte Constitucional.

Y sigue el COLMO, cuando por otro lado aparecen proclamas intimidatorias de ciertos líderes mariateguistas, cuasi dueños de movimiento sociales y agrupaciones políticas, que hacen alarde de los paros y movilizaciones, pretendiendo pescar a río revuelto la inestabilidad política del país e imponer sus agendas, sobre todo cuando el Ejecutivo peca de inoperancia y contradicciones.

También es el COLMO, que el Ejecutivo todavía no se haya empoderado de la angustia de una población que clama por un mandatario preparado y decidido a satisfacer las demandas de las mayorías. Un Presidente que debe dar un giro total en su desempeño, a sabiendas que, vivimos tensos en un ambiente de pobreza, desempleo, inseguridad y desesperanza, pero también que, sesudamente debe deslindarse de amigos, amigotes y familiares que están lucrando a sus espaldas.  

Es la hora de todos los políticos el hacer el mea culpa y retomar el sendero del diálogo, de laborar para las mayorías, caso contrario, todos perdemos, a excepción de unos pocos que buscan desestabilizar al gobierno.  

Conste que no nos referimos al poder judicial y al famoso CPCCS porque con ciertas excepciones la exclamación: ¡ES EL COLMO!… quedaría corta. (O)