Gracias Dome…

Francisco Chérrez Tamayo

En tu discurso de despedida de bachilleres, de la promoción  2016­­­­­, del Colegio Rosa de Jesús Cordero, entre otras frases expresaste textualmente: “Fuera de estos muros del colegio, nos espera un mundo nuevo; el porvenir no será fácil, pero dependerá de cuan fuerte pisemos y creamos en nuestras ideas; así como de la responsabilidad y el compromiso que tengamos con nosotros mismos y con nuestra sociedad”. Han pasado 6 años en que disfrutamos de tu elocuente y emotivo discurso, y más que eso, hemos sido testigos de tu reluciente desenvolvimiento personal y académico. Ni la pandemia frenó tus deseos y aspiraciones; sí, porque abrasaste con pasión y anhelo tu carrera universitaria, y hoy nos regalas tu primer título como profesional del derecho, en una prestigiosa Universidad; siendo la primera alumna de tu promoción, lo que te concedió el honor de realizar el discurso de despedida, en el cual con razón y  dignidad, reconociste y agradeciste a la UDA del Azuay: “que a más de brindarles enseñanza, les ayudó a consolidar los valores y principios para afrontar  la vida; y que  hoy  les entrega la llave, para abrir la puerta del futuro”.  Claro, jamás dejaste de compaginar los estudios, con tu tenaz y constante lucha por la justicia y la equidad de género, en búsqueda del bien común. No contenta con este logro,  como siempre esforzada y virtuosa, antes de incorporarte, lograste ya un cupo para realizar una maestría en el exterior. Naciste valerosa y soñadora, con la virtud de nunca rendirte, razón que tus triunfos y objetivos palpitan por tus venas; siempre perseguiste tus anhelos y pasiones, hasta convertirlos en metas. Comienzas a escribir tu historia con letras de oro, consciente  que solo la educación, convierte los sueños en realidad. Tu férrea voluntad y tu capacidad intelectual y espiritual,  te ayudarán a alcanzar las estrellas, a sabiendas que, las estrellas y el cielo son solo el comienzo… La verdad que tu madurez y tus triunfos nos llenan de satisfacción y de sano orgullo;  sobre todo porque has  convertido la tercera edad de este abuelo, en la etapa más digna y sublime de mi vida. Gracias tesoro, por  brindarnos estas horas de felicidad; te auguramos los éxitos que te mereces! (O)