Los títeres tiene su espacio en el arte escénico de Cuenca

Títeres
En la ciudad es ya común ver que en las obras de teatro están presentes los títeres. Xavier Caivinagua

El títere como medio para reflexionar sobre un tema. El títere como objeto, cuya flexibilidad va más de un personaje de carne y hueso. El títere, que hoy, en todo el mundo, lo recuerdan por ser su día.

En Cuenca, si se pregunta a los titiriteros qué es ese muñeco que se mueve con hilos, con palancas o con alguna mecánica sofisticada, las respuestas son variadas. Sin embargo, en lo que sí convergen las contestaciones es en la creatividad que hay detrás de su uso.

En la ciudad, cada vez hay más agrupaciones que, en gran medida, son titiriteros a tiempo completo porque los títeres, en los últimos diez años, se han ganado su espacio a través de aquellos que les han dado una vida, una historia.

El Teatro de las Cloacas, Gato Rojo, el Colectivo Harapos, Teatro IMAY, Teatro Sariri y el Colectivo Barojo, son algunos de los grupos cuencanos cuyas obras tiene como protagonistas a los títeres.

¿Por qué?

“Siento que los muñecos tienen su propia alma. Es súper lindo tomar un muñeco y sentir el personaje que está allí. A mí, al menos me llama la atención construir un personaje a partir de un objeto”, dijo Emilia Acurio.

Emilia es fundadora de Teatro IMAY, un grupo y un espacio en donde los títeres cobraron vida mediante historias que no tienen malos ni buenos, ni princesas, ni personajes a los que han acostumbrado a presentar los cuentos tradicionales.

Lo que sí tienen son figuras de niños, niñas, adultos o monstruos que no hace daño y que tienen relación con tramas que tratan de hacer reflexionar a los espectadores. Un ejemplo de esto es la historia en la que se narra la importancia de cuidar el agua.

“Siempre se busca que sean historias que cuenten realidades y que puedan generar un movimiento en los niños y niñas… la idea es generar una reflexión, que los niños y niñas puedan cuestionar”, agregó Emilia.

Un muñeco flexible

Para los titiriteros, además de ser un medio para acercarse al público, el títere es un objeto maleable.

Los muñecos, a diferencia de un personaje real, pueden doblarse, estirarse; pueden “volar” o trepar paredes; tienen la capacidad de adaptarse a lo que busca la persona que está detrás de ellos.

“Uno trata de jugar con el imaginario. Y lo que decíamos nosotros, de lograr el teatro de lo imposible. El títere es capaz de hacer lo que el humano no puede”, opinó Mauricio Pesántez, quien fundó Gato Rojo.

Pero, para darle ciertas características, en el caso de Mauricio, él ha tenido que estudiar mucho. Aun cuando no es un escultor, el artista ha aprendido a darle formas a la esponja, ha aprendido la mecánica que debe tener un títere para cumplir con un objetivo. 

Sobre la libertad que tienen los muñecos para actuar también es una de las múltiples razones por las que Liara Barco usa los títeres en sus presentaciones.

Liara proviene de una familia colombiana, radicada en Cuenca, que lleva más de veinte años usando los títeres para contar historias con el colectivo Gotas Mágicas. Como no podía ser de otra manera, ella aprendió a elaborarlos, a usarlos y a darles vida.

“El títere puede hacer cosas imposibles. El títere puede literalmente perder la cabeza, puede volar, tiene muchas posibilidades mágicas que no tiene el actor”, dijo Liara a diario El Mercurio.

Y es precisamente por esa magia que Liara y Gotas Mágicas, con los títeres, han contado leyendas y han presentado personajes fantásticos.

Exposición de títeres

Para reconocer y compartir el trabajo de los titiriteros de Cuenca, el Colectivo Barojo, a través de su Fiesta de las Artes Escénicas, organizó una exhibición museográfica de los títeres elaborados por los grupos de teatro que inició ayer y se extenderá hasta el viernes 24 de marzo de 2023.

En la parte baja del CIDAP (Paseo Tres de Noviembre y puente “Vivas nos queremos”) se colocaron los títeres que permiten ver la variedad de personajes e historias que pueden llegar a contarse con los muñecos.

“Lo mejor de esto es ver la unión de los colectivos que están dedicados a los títeres, de ver cómo se comparten los conocimientos, de ver lo que les ha funcionado, de las técnicas usadas”, explicó Dayra Vázquez, quien se puso en contacto con los grupos invitados a la exhibición.  

Con todo lo exhibido y contado, aquellos que están vinculados con las artes escénicas cada vez afianzan una conclusión: que los titiriteros y sus títeres llegaron para quedarse en Cuenca. -(I)