Violencia, más violencia

Nunca, nunca el Ecuador pasó por tiempos similares a los actuales respecto a la seguridad.

 Ha finalizado abril. Deja una estela de terror y sangre. Hasta las autoridades, cuando informan sobre los tantos sucesos producto de la extrema violencia, demuestran desconcierto, cierta impotencia y, por su puesto, congoja, más, si entre los asesinados consta un policía.

 A tan sombrío panorama Cuenca no escapa, si bien no en la magnitud de cuanto ocurre en otras ciudades.

 A saber, en esta urbe el delito de extorsión (“vacunas”) aumenta. Igual ocurre en la mayoría de los cantones azuayos.

 Si el cabecilla de la banda delictiva “Los Lobos” hizo de Cuenca su residencia, no hay duda de cuán insegura se ha vuelto.

 Él fue detenido este viernes por la Policía. Su operativo se ejecutó en otras ciudades, capturando a otros veinte miembros de la temible organización, uno de cuyos objetivos es controlar las cárceles. ¿No lo advirtió días atrás el director del CRS de Turi?

Hay más. Dos hombres, previamente torturados y maniatados, fueron asesinados y arrojados a orillas del río Tomebamba.

 Por papeles hallados junto a los cadáveres, posiblemente se dedicaban a extorsionar. Sobre este delito, testimonios del vecindario del sector Challuabamba son alarmantes, preocupantes. Este tipo de quejas es igual en otras zonas de la ciudad. ¿Y?

 Según informa El Mercurio, crece el aumento de estafas con comprobantes falsos de transferencias o de depósitos a locales comerciales. Otra vez, ¿Y?

Ecuador no pudo estar más absorto cuando el miércoles anterior un hombre fue “atornillado” con explosivos, ni bien salía del shock  por el asesinado de una funcionaria del IESS, en Guayaquil y de otro en Esmeraldas, como de otros tantos crímenes, cometidos previa tortura.

 El Ecuador ¿se Mexicaniza?, ¿Se “Medelliniza”, como ocurrió en la ciudad colombiana en las décadas de los 80, 90? “Abril, aguas mil”. Ojalá no sea también “abril, asesinatos mil”.