Hasta siempre Doctor Mario

Andrés Martínez Moscoso @andresmartmos

La mayor parte de personas pasan por las instituciones, pero son pocas las que generan identidad e institucionalidad a un organismo. Ese fue sin duda el caso de Mario Jaramillo Paredes (1945-2023) con la Universidad del Azuay, de la cual no solo fue su fundador, sino que marcó su camino hacia la excelencia.

Se fue uno de los últimos quijotes de Cuenca, un demócrata y un republicano. De las tantas lecciones que pudimos aprender quienes estuvimos en su entorno, ya sea como estudiante y luego como su colaborador, fue el hecho de que cuando se tiene algo de poder, el mismo debe usarse en favor de los ciudadanos, y no al contrario de lo que muchos políticos a la fecha están acostumbrados para su beneficio personal.

En un siglo XXI que, está caracterizado por la celeridad, rapidez y la impericia, “el Doctor Mario”, nos enseñó que, las decisiones correctas se toman, en tanto y en cuanto tengan mayor reflexión, así como que se apoyen de la calma y el conocimiento, virtudes que lo representaban.

Su rol como demócrata fue necesario para la ciudad y para la región, sobre todo en tiempos convulsos en los cuales el abuso del poder y el autoritarismo han querido arrebatar los derechos más básicos a la población. Su voz desde la cátedra y después como autoridad universitaria, permitió luchar contra importantes injusticias, así como colaborar para la resolución de conflictos.

En mí caso, me quedo con la semilla de inspiración que puso en nosotros a través de su rol de educador, con la primera generación de la “Corporación Participación Ciudadana”, en el cual una decena de jóvenes pudimos colaborar con él para la promoción de la democracia y el control electoral.

En los casos de figuras como las de Mario Jaramillo Paredes, es más importante su legado que permanecerá en sus obras y en las generaciones que formó que, en los homenajes que pueda hacerse. A través de esta columna, simplemente me refiero a algunas de sus virtudes, que de seguro deben ser emuladas para mejorar la calidad de la democracia y de la educación del país. (O)