Territorio de Paz                                              

Hugo Darquea López

La Constitución en su artículo 5 dice: “El Ecuador es un territorio de paz. No se permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones extranjeras con propósitos militares…”  Declaratoria peculiar a los tiempos imperiales y cuando la Organización de Naciones Unidas pretende poner orden en un mundo desequilibrado.   

Pero hoy mismo, en la dimensión cruda de la violencia de los carteles y mafias, cuando bandas armadas sacuden a nuestra sociedad, sea en Esmeraldas o en las ciudades y localidades de nuestra geografía, se experimenta la violencia delictiva, preparada desde hace mucho tiempo, en una dimensión más que regional. Así se constata que las cárceles, son centros de operación del denominado crimen internacional, al punto que la citada declaración resulta una paradoja irónica con los ideales superiores que toda sociedad y toda persona en sano juicio aspira.   

Más que óptimo el que se defienda la soberanía del Estado Ecuatoriano sobre su espacio territorial con todo el vigor necesario, y no sólo se debe preservar el espacio físico, sino sus valores históricos y culturales que constituyen su patrimonio inalienable.   

Así mismo es lacerante que minorías organizadas reclamen autonomías excluyentes y más grave aún, siendo totalmente execrable, el que la delincuencia se blinde en distorsionados conceptos para delinquir impunemente.    

En nuestro mundo el de aquí y ahora seguimos en la búsqueda del orden justo para construir la cultura de la paz.  

Es la Utopía que apunta al destino superior de la condición humana concebida en su dimensión universal.

Armar a los ciudadanos para que se defiendan no es la respuesta, sino que el Estado se depure y ejerza su poder a plenitud para garantizar con eficacia su seguridad integral.  (O)