Pescar en rio revuelto (I)

Bladimir Proaño

No se trata de aprovechar un periodo corto para impulsar reformas (decretos leyes de urgencia económica) validadas por la Corte Constitucional para gestionar el manejo del país -y sobre todo el manejo económico- con un enfoque empresarial (desregulación de los mercados) afianzando el conservadurismo económico (El conservadurismo económico es una doctrina del gobierno de la economía que se caracteriza por tres rasgos principales. Primero, la creencia en las virtudes del mercado libre y la desconfianza en la política reguladora. Segundo, la antipatía contra el gasto social. Y, tercero, la pasión por la reducción de impuestos que gravan la renta y riqueza de grupos sociales acomodados).

De que es necesario colocar al país en la ruta del crecimiento, estamos de acuerdo, pero de allí a que haya que acelerar todo lo que signifique libre mercado, creo que es pescar a rio revuelto. Los acuerdos comerciales (la agenda de apertura comercial) a ultranza no creo que le inyecta competitividad a nuestra economía ni les provee mayores oportunidades a los productores en general. Traer todo desde China a precios bajos, es convertirnos en importadores más que en productores.

Cuando las empresas evalúan proyectos de reemplazo, buscan seleccionar maquinarias que permiten reducir costos de producción (menos consumo de materias primas, mano de obra, costos de transporte, etc.); y sabemos, que no siempre en la China están aquellas de mejor innovación tecnológica, pues éstas la tienen Alemania, Italia, EEUU entre otros.

En Ecuador ya probamos con gobiernos no de izquierda, las maquilas, las zonas francas, etc. y al menos no registramos abundante evidencia de que esos modos de producción tengan éxito como para afirmar que similar al caso mexicano tengamos que avanzar en esas direcciones. Más bien vemos que los grandes importadores del Ecuador constituyen oligopolios, y los productos importados nos golpean durísimo porque los márgenes comerciales de estos grupos empresariales no siempre están dispuestos a sacrificarse.

También, aprovechando el corto período, como lo sostienen algunos economistas, no hay que insistir en la integración financiera para reducir las tasas de interés. Si entran bancos internacionales al país -dicen- aseguramos la competitividad de la banca y con ello forzamos a que los bancos locales reduzcan los costos financieros, esto tampoco es tan cierto… (O)