Las verdades de Rohon

Cuando asambleísta, César Rohon siempre fue frontal. Por eso dejó la tan desprestigiada función Legislativa expresando unas cuantas verdades.

ese mismo talante, ahora como flamante ministro de Transporte y Obras Públicas vuelve a poner al país con los “pelos en punta”.

“Hay que pedirle a Dios que deje de llover” declaró al canal Ecuavisa. Igual, “que venga suave” el fenómeno climático de El Niño.

Al margen de tales creencias, las torrenciales lluvias son una realidad. Han causado destrozos, sobre todo en las vías y en la agricultura, amén de la pérdida de algunas vidas humanas.

El Niño, excepto para quienes creen en los milagros, será un hecho. Lo expresan los expertos. Se puede dudar de su fuerza, durabilidad e intensidad, pero es irreversible; y sus consecuencias, impredecibles.

Si eso le preocupa a Rohon, hay otra mayor, y lo ha dicho: el 50 % de las vías del Ecuador “están en mal estado” o con circulación preventiva.

Sí, esa es la realidad, una realidad vista y padecida desde hacía varios meses o años, inclusive. El invierno ha sido incesante, agresivo, reflejo del cambio climático, desapercibido para muchos.

Esa intensidad ha complicado los trabajos de rehabilitación, al menos en las vías donde se los ejecuta. Es el caso de la Cuenca-Molleturo-El Empalme, kilómetro 49, escenario de un macrodeslizamiento.

Para paliar las consecuencias de El Niño, el ministro prevé la compra de maquinaria por USD 23 millones, y 46 millones para puentes Bailey.

Adiciona USD 120 millones para obras de rehabilitación, una cifra sin duda corta para resolver tantísimos problemas.

Según el ministro, se requieren reformas legales para hacer contrataciones de emergencia. Igual queja de su antecesor.

Ni siquiera, como en el caso del Azuay, sirven las declaraciones de emergencia.

Ojalá Rohon recorra también las vías azuayas. Una cosa es verlas por TV; otra, sentirlas “en carne y hueso”. Si lo hace, bien podría decir otras verdades duras, reales y dolorosas. Venga.