Cientos de rusos acuden a venerar el icono más famoso de la Ortodoxia en catedral de Moscú

Moscú.- Cientos de fieles rusos se congregaron hoy en la catedral de Cristo Salvador de Moscú para venerar la Trinidad, de Andréi Rubliov, el icono más famoso de la Ortodoxia, cuya exposición ha enfrentado a la Iglesia con el museo que lo alberga desde 1929.

El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, ofició el domingo la misa con ocasión de la festividad de la Trinidad y se acercó a besar el icono del siglo XV, protegido por una cápsula especial frente al altar del templo.

El icono fue trasladado anoche a la catedral, donde permanecerá durante dos semanas para que los fieles puedan venerarlo, según informó el Ministerio de Cultura.

Durante la liturgia y el resto de la jornada, efectivos de la Guardia Nacional garantizarán la seguridad de la que es considerada tanto reliquia religiosa como obra de arte de incalculable valor.

La obra, que fue sacada de la Galería Tretiakov contra la opinión de restauradores y expertos en historia del arte, fue transportada en un automóvil especial que dispone de un equipo de control de temperatura.

En cuanto a la cápsula de cristal, mantendrá al icono bajo un nivel de humedad del 55 %, lo que debería evitar su degradación.

Kiril insiste en que La Trinidad de Rubliov permanecerá en el principal templo ortodoxo de Rusia «durante un año».

Mientras, la Galería respondió que la obra debe regresar al departamento de restauración de pintura rusa antigua del museo «no más tarde del 19 de junio».

El presidente ruso, Vladímir Putin, regaló a mediados de mayo dicho icono a la Iglesia Ortodoxa, cuyo patriarca reconoció que sólo se lo había pedido prestado por dos semanas.

Prestigiosos especialistas y los restauradores de la Galería Tretiakov se dirigieron en una carta a la ministra de Cultura, Olga Liubímova, para que no entregara a la Iglesia el icono.

Los expertos recordaron que su traslado en julio de 2022 al monasterio de Sérguiev Posad, cerca de Moscú, ya provocó daños en 60 lugares de la superficie del icono, la mayor obra de Rubliov (1360-1428), considerado el mayor iconógrafo de Rusia.

Pese al trabajo de los restauradores, «su degradación, provocada por su traslado al monasterio, avanza», por lo que los expertos llegaron a la conclusión de que el icono no puede abandonar la Galería Tretiakov ni siquiera «por un corto espacio de tiempo».

La decisión de Putin, un creyente confeso, no ha sido bien recibida por algunos sectores de la sociedad rusa, ya que en los últimos 20 años ya han sido muchas las prebendas que ha recibido el Patriarcado de Moscú, que se ha enriquecido, según sus críticos, y apoya sin tapujos la guerra en Ucrania.EFE