Solía decir Sir Winston Churchill, el viejo león inglés, que “la democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, a excepción de todos los demás”, que equivale a decir que la democracia (¿nuestra democracia?), aún con todos sus defectos, casi siempre secuestrada por el poder, y a menudo convertida en un cascarón vacío por el marketing político, sigue siendo el sistema de gobierno que mejor nos protege de nosotros mismos, es decir, de nuestra propia ferocidad y ese ímpetu atávico por regresar a la barbarie.
Claro que, en esta como en muchas otras cosas, nuestro país parece ser la excepción. Y lo digo porque hemos manipulado tanto el concepto de democracia que lo hemos convertido en un engendro capaz de concebir sub productos (como la muerte cruzada, por ejemplo), que nos tienen, ahora mismo, viviendo una suerte de espejismo: un Estado democrático sin poder legislativo (sin parlamento en funciones) y con un presidente obligado a gobernar por decretos emergentes, es decir, a no gobernar. Una democracia sin poderes, una democracia sin democracia, lanzada además a un vertiginoso proceso electoral con propuestas, si las hubiera, fabricadas en olla de presión y para ganar una elección que permitirá gobernar por año y medio. Así nomás…
Luego, es verdad que ellos mismo se lo buscaron, a punta de ineptitud, corrupción y componendas tan retorcidas que podrían escandalizar a Napoleón y hacer llorar a Julio César. Sin embargo, y pese a esto, la verdad es que existe tal cosa como un pueblo o un país que resulte más o menos “apto” para la democracia. Lo que sí existen, en cambio, son pueblos que han comprendido que una democracia sana no se logra de la noche a la mañana y, por lo tanto, han decidido dedicarle más tiempo y meterle más ganas a la consecución de acuerdos sociales que permitan la convivencia pacífica, la tolerancia a las ideas de los demás (libre pensamiento se llama) y construcción de instituciones con credibilidad y aporte. Es decir que la democracia, delicado puente tendido sobre el abismo de la tiranía, es algo que se debe construir, cultivar, cuidar, merecer…(O)