¡Ya era hora!
Los asambleístas azuayos se han unido y han iniciado un proceso investigativo sobre las irregularidades en el hospital José Carrasco A., del IESS. Desde hace muchos años viene siendo un secreto a voces que el IESS, a nivel nacional, adolece de males crónicos y graves en su manejo, comenzando porque los partidos políticos, con muy pocas excepciones, lo han considerado un botín político para satisfacer el clientelismo perverso y dañino, a tal punto que, en los últimos 25 años el número de empleados se ha incrementado en más del 120%; viene luego lo de la voracidad de cierta dirigencia sindical, la conformación y los vicios en la representación de los miembros del Consejo Superior y, como para cerrar con broche de oro, una serie interminable de inversiones donde el denominador común ha sido la improvisación, la ineficiencia y, ¡cuando no!, procesos plagados de corrupción.
La adquisición de medicamentos e insumos, “negocio” que desde la aparición de Salcedo y Asociados, y aún antes, otras alimañas más, se ha puesto de moda en las instituciones públicas de salud, a través de contratos truchos y millonarios, y las unidades hospitalarias del IESS, no son la excepción, y forman parte importante de esta indignante cadena. La dirigencia laboral también ha sido objeto de denuncias por parte de ex directivos de la institución, denuncias que, como las ya mencionadas, deben merecer investigaciones serias y prolijas.
Así es que, el grupo de asambleístas azuayos se han “matriculado” ante los ojos ciudadanos con un tema harto difícil y pantanoso, pero, además, de indiscutible trascendencia, no solamente para la ciudad y la región sino para todo el país. La seguridad social es una institución tremendamente sensible dentro del correcto desenvolvimiento de la sociedad y, cualquier fenómeno que la afecte, tendrá incalculables consecuencias para el conglomerado social, de ahí que, reconozcamos como absolutamente válida la iniciativa legislativa y sumemos los esfuerzos para que este proceso, que arranca en la actualidad, se constituya, ojalá, en el campanazo que requiere el IESS, más que urgentemente, para enderezar su rumbo. (O)