EDITORIAL

Justicia vilipendiada

Testimonios anticipados de testigos en los casos Plaga y Metástasis, entre otros, permiten sacar las peores conclusiones sobre quienes manejaron o aún manejan la Administración de Justicia, incluyendo al inefable Consejo de la Judicatura.

Todos tienen derecho a la presunción de inocencia mientras no se los pruebe lo contrario. Esto es indiscutible.

Y por eso mismo, y a manera de ejemplo, los delincuentes, así sean detenidos in fraganti y con pruebas a la mano, los medios de comunicación no deben publicar su identificación completa, además de mostrarlos tapados sus rostros, y considerarlos como presuntos.

Sin embargo, los testimonios de exjueces, exfiscales, o ex funcionarios de la Judicatura, muchos de ellos actuando como “testigos protegidos” al haber admitido su culpabilidad y están detenidos mientras dura la investigación, deben causar escozor, cuando no indignación, en toda la sociedad, siempre anhelante de contar con una Justicia transparente, independiente, oportuna, en suma, con apego irrestricto al Derecho.

En estos días, las audiencias realizadas para receptar esos testimonios han abierto la “Caja de Pandora”. Salen a flote presuntos sobornos, chantajes, tráfico de influencias, disputas por los poderes internos, venta de sentencias o de de acciones de protección para favorecer a peligrosos delincuentes ligados a las mafias narcotraficantes, a políticos corruptos, a empresas privadas demandadas, entre otras trapacerías, indignas en un Poder Judicial, aquí y en cualquier país civilizado.

Los involucrados mal podrían inventarse semejantes revelaciones, so pena de ser demandados por daño moral. Algo o mucho han de saber, por haber sido, como lo expresan, parte de los engranajes creados para degenerar la Justicia, a lo mejor creyéndose omnipotentes.

Las investigaciones de la Fiscalía, sus posteriores acusaciones y la decisión de los jueces, determinarán la verdad. Por lo pronto, la Justicia está contra el paredón. Caben las excepciones.

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