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¿Puede una base militar extranjera devolver la paz a Ecuador?

A través de una reforma parcial al artículo 5 de la Constitución aprobada en 2008, el presidente Daniel Noboa plantea eliminar la prohibición de establecer una base militar extranjera en Ecuador, medida que, en su momento significó la salida del país de la Base de Manta.

La propuesta de reforma fue remitida el lunes 16 de septiembre del 2024 por el primer mandatario a la Corte Constitucional, que deberá emitir un dictamen de constitucionalidad y definir si efectivamente se trata de una reforma a la Carta Magna, solo después de este proceso el tema pasará a análisis de la Asamblea Nacional.

Noboa, en un video en el que defendió su propuesta, señaló que la salida de la Base de Manta fue parte de un pacto con el crimen organizado, para que pueda proliferar el narcotráfico.

“En un conflicto transnacional, necesitamos respuesta nacional e internacional, estamos levantando un país que ellos dejaron de rodillas, país al que convirtieron en cuna del narcotráfico”, recalcó el primer mandatario.

Los que están a favor

Desde la Asamblea Nacional se levantaron las voces a favor y en contra de la propuesta de Noboa, por su aprobación se pronunciaron la bancada gobiernista de ADN, algunos independientes, Construye y el Partido Social Cristiano (PSC), aunque estas dos últimas organizaciones políticas ponen condiciones al apoyo.

Lucía Posso (independiente), considera que todas las ideas que sumen para proteger al territorio son positivas, pues el objetivo de este tipo de medidas debe ser el conseguir ayuda técnica del extranjero, que Ecuador no está en capacidad de obtener, por la falta de recursos tecnológicos y económicos, que sí los tienen países como Estados Unidos (EE. UU.)

Inés Alarcón (ADN) recalcó que el cambio no implicará que el país seda su soberanía, sino que permitirá la cooperación directa al combate al narcotráfico, que no necesariamente vendrá de EE. UU.

El espacio ha estado cedido a los carteles, a los narcotraficantes, debemos ser conscientes que como país necesitamos cooperación internacional, además el presidente no ha dicho de quien van a ser las bases militares o a donde van a venir, lo que estamos pidiendo es que el apoyo internacional no tenga ningún tipo de límite”, afirmó Alarcón.

En cuanto a la bancada de Construye, se pronunció a favor de la instalación de bases militares extranjeras, siempre que esto vaya acompañado de un plan integral de combate a la inseguridad; además, pusieron otras condiciones.

De igual forma se pronunció Jorge Acaiturri (PSC), quien recalcó que la medida no es “la panacea” para que vuelva la tranquilidad al país, pues se requieren otros cambios, incluso legales.

Los que están en contra

La oposición al cambio provino de la bancada correísta, que tienen como líder máximo a Rafael Correa, en cuyo Gobierno se desistió de renovar la presencia de la Base de Manta y se obligó a los militares estadounidenses a salir del país, en defensa de la soberanía del país.

Para Ricardo Ulcuango, la propuesta demuestra que “Daniel Noboa es un vendepatria”, que está dispuesto a ceder al interés de EE. UU. por el control geopolítico y de los recursos naturales de los países en desarrollo.

“Esto demuestra que Noboa nunca tuvo un Plan Fénix, que no tienen ningún plan y ha sido incapaz de enfrentar el crimen organizado, ahora, aprovechando la coyuntura de la inseguridad, quiere permitir que vuelvan las bases militares”, afirmó el legislador correísta.

Exasambleístas constituyentes defienden salida de la Base

Después de 15 años de que los militares estadounidenses salieron de la Base de Manta, dos exasambleístas constituyentes defienden la decisión tomada, Fernando Vega y Alberto Acosta (presidente de la Asamblea en esa época) insisten en que el ceder la soberanía no es la solución más efectiva.

Para Alberto Acosta, detrás de la propuesta de Daniel Noboa, para instalar una base militar extranjera, se esconden otros intereses de EE. UU. que no guardan relación con el combate al narcotráfico, sino que están relacionados con la toma del control de la hegemonía mundial y de los recursos naturales.

“Desean una vez más, como sucedió hace casi medio siglo, poner en marcha lo que podría ser visto como una suerte de Plan Cóndor del Siglo XXI, para controlar “su patio trasero”, con todas sus riquezas naturales. En este momento el interés de Washington estaría en la Galápagos, en línea con su confrontación con China”, afirmó Acosta.

Aunque Vega acepta que la salida de la Base de Manta pudo aportar al aumento de la criminalidad en el país, señala que se puede acceder al apoyo de EE. UU. sin necesidad de abrir una base militar extranjera, lo cual sí generó abusos en su momento.

Además, los exlegisladores resaltan que, pese a que existen siete bases militares estadounidenses en Colombia y cinco más en Perú, esto no ha puesto fin al narcotráfico en estos dos países.

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