Dinero público para políticos

Cuando el país retornaba al estado de derecho luego de las dictaduras militares a algunos políticos se les ocurrió que un buen método para un retorno saludable a ese estado sería evitar que los gastos electorales y de promoción política fueran realizados mediante fondos privados, tanto de los candidatos como de personas y mafias empeñadas en apoyarles y la solución que imaginaron era de obligar a que la única forma de financiamiento fuera la estatal y que en el presupuesto del Estado constara el monto para esa finalidad. Consideraron que de esa forma se evitaría también que el dinero proveniente de actividades delictivas ingresara en la acción política como ya ocurría en otros países, por ejemplo, Colombia y México.

Buenas ideas pero, desgraciadamente, imposibles de ser cumplidas. No hay más que recordar el financiamiento del narcotráfico a la campaña en la cual triunfó el prófugo como fue revelado por los mismos capos del narco en Colombia. El pago del apoyo a las mafias fue una serie de acciones que beneficiaban esa actividad delictiva: eliminar la base Manta, suspender la vigilancia de nuestro mar para facilitar en narcotráfico, eliminar leyes que prohibían el uso de drogas y más bien facilitarlo con la imposición de la famosa tabla que regulaba el uso de drogas, etc.

Así también ha sucedido con dinero menos sucio, pero con el interés en meter las garras de los políticos en laactividad de los gobiernos para su beneficio. También se ha dado, en cada elección, el caso de personas vanidosas o deshonestas que han visto la oportunidad de hacerse conocer y de ver sus nombres impresos, en la televisión o en cartelones, gracias a que no les cuesta un centavo. Igualmente, los interesados en utilizar los recursos de promoción electoral para utilizarlos en otros asuntos. No se puede olvidar el caso de un candidato que había utilizado esos recursos para una cirugía estética del rostro y tratar de verse “menos feo”. No es ocasional el que haya candidatos y movimientos políticos que no utilizan la totalidad del fondo y procuran que reste una buena cantidad para sus bolsillos.

Por estos y otras numerosas razones parece que la idea del Presidente Noboa resulta digna de aplauso y apoyo. (O)

Dr. Marco Carrión

Médico desde 1968. Profesional en SOLCA y en el IESS, donde fue Director de la Regional 3. Fue Director del Hospital José Carrasco Arteaga y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cuenca.

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