Avances y deudas han marcado 44 años del sistema democrático, el principal vacío: la ausencia de participación ciudadana.
Pasar de una dictadura militar a un sistema democrático constituyó, para el Ecuador, un hito histórico entre finales de los años setenta y comienzos de los ochenta del siglo pasado.
Una crisis interna en el plano político, económico y social marcó la transición con la asunción al poder de Jaime Roldós, el 10 de agosto de 1979 y la abrupta interrupción de su mandato al fallecer en un accidente aéreo el 24 de mayo de 1981.
Para Rolando Tello, periodista cuencano, el regreso de los militares a sus cuarteles significó una gran esperanza para los ecuatorianos porque “si la sucesión constitucional normal de los períodos de gobierno infunde grandes expectativas, es comprensible el entusiasmo de entonces por el fin de una década de regímenes de facto”. Reconoce que la democracia trajo avances y desarrollo en muchos aspectos, pero también abusos de poder, corrupción pública, enriquecimientos ilícitos, inseguridad. A ello suma “deudas sociales” como la pobreza y el desempleo. Tello sentencia que, “de las endebles dictaduras, el Ecuador ha vivido 44 años de endeble democracia”.
María Cecilia Alvarado, quien integró Ruptura de los 25, movimiento que se conformó en 2004 en conmemoración de los 25 años del retorno a la democracia, dice que dejar la dictadura significó la posibilidad de una construcción de una sociedad que garantice los derechos para toda la población; empero, al cabo de más de 40 años, “nuestra institucionalidad democrática sigue siendo frágil”. Y lo atribuye a que las voces de las mujeres en su diversidad, pueblos indígenas y afro, las voces de las personas más empobrecidas, siguen sin ser escuchadas o entendidas.
“En la democracia ecuatoriana siguen predominando las voces de Quito y Guayaquil; las voces de quienes tienen poder económico; las voces blanco-mestizas; las voces masculinas”, expresa Alvarado, quien, en 2014, fue viceprefecta del Azuay en una alianza que formó Ruptura -convertido en grupo político- con los movimientos Participa e Igualidad.
En su análisis, expresa que, “la clase política tiene que asumir su responsabilidad y ser autocríticos…y, la sociedad civil organizada no puede descansar ni rendirse”.
Eugenio Lloret Orellana, quien fue periodista de diario El Mercurio, coincide en que, durante la agitada vida republicana, el pueblo ha sido el gran ausente de las decisiones políticas que se han tomado en su nombre.
Heredero del periodismo frontal, combativo y crítico de Antonio Lloret Bastidas, Eugenio, su hijo, asevera que “hay que preservar y defender la democracia, sí, pero en ese empeño es tarea inexorable poner en evidencia la perversión del sistema político y el hecho innegable de que el país no progresará si no se emprende en una profunda restructuración institucional…y para que exista una regeneración es preciso sanear la política, abrir de par en par las puertas de los poderes del Estado hasta que desaparezca ese aroma fétido a corrupción. (I)
1974
La renuncia del presidente estadounidense Richard Nixón ocupó la portada de El Mercurio el 9 de agosto. El mandatario sucumbió por el escándalo político de Watergate que trató de encubrirlo.
1975
Con el titular “Sofocado golpe militar”, el martes 2 de septiembre se dio cuenta del fallido intento para sacar del poder al general Guillermo Rodríguez Lara quien cuatro meses después renunció.
1976
El 15 de agosto se registró la desaparición de un avión de Saeta que venía a Cuenca desde Quito. El 24 de abril de 1979 otro avión de la misma compañía desapareció con 57 ocupantes.
1977
“33 personas murieron en tragedia aérea”. Esa fue la noticia de la edición del lunes 5 de septiembre. Trata sobre el accidente de un avión de SAN en el sector de Tutupali. Venía desde Guayaquil.
1978
El cardenal polaco Karol Wojtyla fue elegido papa el 16 de octubre con el nombre de Juan Pablo II (actualmente santo). Fue el primer pontífice no italiano en más de 450 años.
1979
En la edición del sábado 31 de marzo se dedicó la portada al fallecimiento de José María Velasco Ibarra, cinco veces presidente del Ecuador, un acontecimiento que “conmovió al país”.
1981
El estado de emergencia fue declarado el 28 de enero de 1981 debido a los ataques peruanos al puesto militar de Paquisha. En Cuenca hubo una “gigante marcha por la patria en peligro”.
1981
Con un recibimiento masivo, el miércoles 8 de abril se cumplió con la ceremonia de posesión de monseñor Luis Alberto Luna Tobar como Arzobispo de Cuenca. El prelado murió en febrero de 2017.
1982
Debido a un ataque cardíaco, el padre Carlos Crespi Croci falleció el 30 de abril en la clínica Santa Inés. El sacerdote, científico y educador murió a los 91 años. Su legado sigue vivo.
1983
El martes 12 de julio se informó sobre el accidente del vuelo 838 de un avión de TAME. La aeronave, de reciente adquisición, se estrelló a tres kilómetros de Cuenca. Murieron 119 personas.
CENTRAL PAUTE, HITO ENERGÉTICO:
La primera unidad generadora de 100.000 kilovatios de la central hidroeléctrica Paute-Molino entró en funcionamiento el viernes 20 de mayo de 1983. El trascendental acontecimiento, que fue comparado con hechos como la terminación del ferrocarril Quito-Guayaquil y el inicio de la explotación petrolera, tuvo una inversión de 17.700 millones de sucres y el trabajo de miles de obreros y técnicos por el lapso de siete años. Al día de hoy falta aún por construirse la central Cardenillo para completar el Complejo Paute Integral que comprende las centrales Molino, Mazar y Sopladora. (I)
Por: Diego Montalván S.
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El Mercurio-Cuenca