Una publicación de The Economist evidencia los graves problemas de inseguridad que enfrenta Ecuador.
En una publicación de 32 páginas la revista británica The Economist retrató la forma en que Ecuador dejó de ser la isla de paz, ubicada en medio de dos países productores de droga (Perú y Colombia), para convertirse en un “narco estado” y en uno de los países más peligrosos del mundo.
Para llegar a esta conclusión, el periodista Alexander Clapp recorrió varias de las ciudades con mayores índices de violencia: Los Bajos, en Manabí; Guayaquil y Durán, en Guayas; Santa Rosa, en El Oro; la comuna Juntas del Pacífico, en Santa Elena; en donde retrató varios asesinatos, verificó cómo opera el narcotráfico y los mecanismos que el crimen organizado emplea para perpetrar su poder.
“En los últimos 10 años, la cocaína ha transformado a Ecuador de una de las naciones más estables de América del Sur, con calles más seguras y niveles de vida más altos que muchos de sus vecinos, en el país más peligroso del continente”, señala la publicación.
En Durán evidencia el narco estado
Dentro de las ciudades que se retratan en el reportaje, el caso más preocupante es el de Durán, en Guayas, en la que existe ausencia del Estado y las organizaciones delictivas son las que gobiernan, manejan la provisión de agua, cobran “vacunas”, reclutan niños.
“Gran parte del aparato gubernamental ha sido tomado por mafiosos, podría ser la capital mundial del asesinato; en promedio, alguien es asesinado allí cada 19 horas. Durán es el reino de la mafia, donde manda el crimen organizado”, se señala en el reportaje.
Uno de los entrevistados fue Luis Chonillo, alcalde de esta ciudad, ha sobrevivido a dos atentados, en el que murieron tres personas; se autodenomina el “alcalde nómada”, porque gobierna desde la clandestinidad, para evitar ser asesinado.
Para Lester Cabrera, docente experto en temas de seguridad, Durán es un ejemplo de cómo las políticas de seguridad se han centrado solo en las grandes ciudades, trasladando la violencia a los sectores rurales y periféricos, que han quedado en el abandono
“Cuando hablamos de combatir a las bandas delincuenciales hablamos solo de centros urbanos, Guayaquil o Esmeraldas, pero existe el efecto globo, si aprieto un lado, el otro lado se infla, esto pasa con lugares como Durán, que son aprovechados por las organizaciones delictivas”, afirmó el experto.
¿Qué errores se cometieron?
Según Cabrera, lo que ocurrió en Ecuador fue una desinstitucionalización, que se evidenció ante todo en las cárceles, que se convirtieron en centros logísticos de las bandas delincuenciales, en las que, como señala The Economist, los delincuentes se sentían más seguros que fuera, pues podían operar libremente sus negocios ilícitos.
Con la gran cantidad de dinero que les proporcionó el narcotráfico, las organizaciones delictivas armaron y especializaron a su gente; del otro lado encontraron a una Policía y Fuerzas Armadas desactualizadas, que no estaban listas para combatirlas.
Otro de los factores para el aumento de la violencia que el experto y la publicación evidencian es la crisis económica que vive el país, principalmente producto de la pandemia, que vuelve vulnerables a las personas como los trabajadores de las haciendas bananeras, que ganan 3 dólares diarios, mientras que por trasladar la droga dentro del mismo recinto reciben 100 dólares.
Sin vuelta atrás
Según la publicación de The Economist, el país avanza hacia convertirse en una sociedad violenta como Colombia o México; precisamente porque las actividades de estos países han migrado a Ecuador.
Esto se debe a dos acontecimientos que se dieron en el 2016, la detención de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, conocido como “El Chapo”, lo que desestabilizó el cartel, creando la oportunidad para otros grupos mexicanos y de otros países como Serbia; que vieron en Ecuador un sitio idóneo (dolarizado, con una gran cantidad de puerto) para enviar la droga.
En este mismo año se firmó la paz en Colombia, desapareciendo las FARC, que por años se financió con el narcotráfico, pero la estructura delincuencial no se desvaneció, solo se trasladó al sur de este país, es decir, a la frontera con Ecuador.
Pese a lo complicado que podría resultar salir de este escenario de violencia, para Lester Cabrera no es imposible, un ejemplo de ello es Colombia y Perú, que eliminaron a las organizaciones armadas de izquierda; de igual manera Ecuador puede basarse en El Salvador, que pasó de ser el país más peligroso a uno de los más seguros de la región.
La violencia viene de antes
Mientras en The Economist señalan que el aumento de la violencia en Ecuador comenzó hace 10 años, para Leste Cabrera, experto en Seguridad, considera que la escalada de los hechos delictivos comenzó hace menos de 6 años.
Para el analista, este aspecto juega un papel importante la percepción de inseguridad, que se incrementó entre los ciudadanos, que antes no habían vivido masacres carcelarias, la proliferación de sicariatos y secuestros, ni el cobro de vacunas.
Pero para Lorena Piedra, experta en temas de Seguridad, lo que hoy vive Ecuador viene de mucho más atrás, de por lo menos 20 años, cuando personajes como Francisco Huerta advirtieron sobre la existencia de un narco estado, donde el crimen organizado había penetrado las estructuras estatales, sin embargo, las cifras y los hechos se ocultaron o ignoraron.