Un fin de semana cargado de actos, desde misas a conciertos y con la presencia de al menos 35 jefes de Estado y de Gobierno, reabrirá las puertas de Notre Dame tras la titánica restauración emprendida por Francia después del incendio de 2019, que la dejó parcialmente destruida.
Tras el primer vistazo al interior del templo gótico de hace una semana, que reveló una catedral renovada y luminosa, libre de toda huella de la carbonilla y de plomo, Notre Dame será presentada al mundo como un faro de unidad y concordia, un símbolo universal que va mucho más allá de lo meramente religioso o patrimonial.
Así lo señalan tanto la Archidiócesis de París como el Elíseo, que trabajaron conjuntamente para diseñar la puesta de largo de la catedral este fin de semana, y que esperan que los ojos del mundo vuelvan a estar fijos en la capital francesa a través de la televisión, al igual que aquel fatídico 15 de abril de 2019.
“La conmoción de la reapertura será, yo creo, tan fuerte como la del incendio, pero será una conmoción de esperanza”, señaló el presidente, Emmanuel Macron, en su última visita a las obras el pasado 29 de noviembre.
Él encabezará la primera parte de la reapertura el 7 de diciembre: una ceremonia “republicana” que tendrá lugar en el patio de la catedral, en medio de un fuerte perímetro de seguridad que incluye 6.000 agentes de seguridad, un dispositivo antidrones y el cierre de los comercios de la zona durante todo el fin de semana.
Comenzará a las 19.00 horas (18.00 GMT) y en sus primeros momentos se podrá ver un vídeo en homenaje a los apenas cinco años y medio que ha durado la restauración.
También habrá una lectura dramática y una pieza musical antes de que Macron tome la palabra ante unos 1.500 invitados, que incluirán a la primera dama saliente de Estados Unidos, Jill Biden; el presidente electo Donald Trump; el presidente italiano, Sergio Mattarella ; los reyes de los belgas Felipe y Matilde, o el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, entre muchos otros.
No estará el papa Francisco, pero el arzobispo de París, Laurent Ulrich, leerá un mensaje escrito por él para la ocasión.
Tampoco la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien finalmente que no acudirá, según informaron este viernes los medios franceses citando a sus portavoces, el mismo día en que se anunció el acuerdo de libre comercio con el Mercosur, al que Francia se opone frontalmente.
La intervención de Macron será breve, de unos 15 minutos según avanzaron fuentes del Elíseo, en el que se resaltará a Notre Dame como un triple símbolo: “espiritual” para los creyentes católicos, “histórico” para Francia y el mundo e icono de la “genialidad francesa” con vocación “universal”.
El despertar del órgano y un gran concierto en el patio
A continuación, Macron cederá la batuta al arzobispo Ulrich, que se encargará de la reapertura en sí de la catedral hacia las 19.40 (18.40 GMT).
Para ello golpeará las puertas con una cruz y recitará tres veces el salmo “Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro?”.
Le responderá cada vez la catedral, a través de sus coros, antes de cruzar el umbral e invitar a Macron y al resto de dignatarios a seguirlo.
Ya en el interior se sucederán diferentes ritos y pasajes litúrgicos, entre los que resaltará la invocación del arzobispo al emblemático órgano de Notre Dame para que “despierte”. Lo llamará en concreto ocho veces y el instrumento a su vez responderá.
Los actos en el interior concluirán sobre las 21.00 horas (20.00 GMT), pero las celebraciones seguirán con un gran concierto organizado por la televisión pública francesa que combinará toques clásicos, con el director orquestal venezolano Gustavo Dudamel y el pianista chino Lang Lang, entre otros, con ingredientes puramente pop gracias a estrellas como Pharell Williams.
El programa completo del concierto no se ha desvelado, por lo que desde hace días circulan rumores no confirmados como la posible presencia del ex Beatle Paul McCartney para cantar ‘Imagine’.
Misas de domingo y consagración del altar
Tras esa velada, el domingo será el turno de la primera misa completa en Notre Dame, que durará unas dos horas desde las 10.30 (9.30 GMT) y tendrá como momento álgido la consagración del altar, necesaria para la celebración de la eucaristía.
A la ceremonia asistirán unos 150 obispos (de Francia y otros países), asociaciones caritativas, personas en situación de vulnerabilidad y también personalidades como el presidente Macron. Como en cualquier otra iglesia católica ese día las lecturas de la misa serán las correspondientes al segundo domingo de Adviento.
Por la tarde habrá otro oficio que será la primera eucaristía abierta al público y a los parisinos. Acudirán unas 2.500 personas, cerca de la capacidad total de la catedral, que es de 3.000.
El domingo será además la primera etapa de la octava que se sucederá en la semana posterior: una serie de ocho misas que tendrán cada una intención particular, como por ejemplo la que se dedicará a los bomberos y servicios de emergencia que trabajaron para salvar Notre Dame de las llamas en 2019.
A partir del 16 de diciembre la vida normal de la catedral se reanudará -incluidas las visitas, que permanecerán gratuitas pero habrá que reservar por internet- y el templo estará abierto desde las 7.45 hasta las 19.00 horas. EFE