Luego de una prolífica vida, el Dr. Benigno Malo Vega, ha partido al más allá, dejándonos un legado de aspectos importantes, sus investigaciones y conclusiones. Doctorado en Jurisprudencia y especializado en Criminología y Antropología en la Universidad de Roma. Su pasión fue la Arqueología, citada por él como una siembra que hizo un gran maestro jesuita en su formación colegial, como fue el P. José Flor Vasco. Fue su gran mentor, el arqueólogo peruano Don Rafael Larco Hoyle, con quien mantuvo estrecha amistad, habiendo sido invitado a participar en trabajo de campo en Chiclín en 1954.
Fundador de la sección de Antropología de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay. Es de su autoría la obra titulada “El Tesoro del Sígsig”. Tradujo al español, importantes obras vinculadas con la temática como “Reconocimiento y excavaciones en el Austro Ecuatoriano” de Donald Collier y John Murra, “Etnografía antigua del Ecuador” de Paúl Rivet, material fundamental en el desarrollo de esta importante ciencia en nuestra región. Estuvo vinculado con la Arqueología, siendo asesor del Museo Pumapungo en el Simposio de esta ciencia que tuvo lugar en el 2019. En Italia tuvo la gran oportunidad de asistir a la Universidad de Nápoles para realizar excavaciones en la región de Herculano, junto al gran Vesubio, fue una gran escuela donde apreció murales, mosaicos y los residuos destructivos de la lava volcánica.
Viajó a Costa Rica como agregado cultural de la Embajada ecuatoriana en la presidencia del Dr. Camilo Ponce, tiempo dorado por cuanto lo aprovechó para acopiar conocimiento sobre Arqueología mesoamericana, a través de una profesional de altos quilates como fue Doris Stone. Visitó el gran museo de México D.F. de Antropología, una verdadera escuela de gran nivel. También en su estancia por centro América, fue profesor y asesor en el campo criminológico de la U de Puerto Rico.
Seguidor de Max Uhle, de Jijón y Caamaño así como de González Suarez, curioso, apasionado autodidacta, lector de obras de gran altura que enriquecieron su opinión de muy buen conversador. Y merece citarse un capítulo aparte, el de la Orquideología, que la inició desde muy temprana edad, en sus viajes por selvas y serranías, habiendo hecho grandes aportado a la ciencia en esta temática. Mis condolencias a su respetable familia. (O)