“A todo perro flaco…”

“A todo perro flaco se le pegan las pulgas”. Vale este dicho popular para referirnos a la vía Cuenca-Girón-Pasaje, la peor de las peores que tiene nuestro paisito, donde hasta las carreteras son parte de la lucha política casi que perruna.

Su raquítica existencia data desde hacía muchos años. Su deterioro se refleja de mil maneras: resquebrajamiento constante del pavimento de concreto. Le colocaron para que, supuestamente, dure cuando menos 40 años. La vía sirvió como “Conejillo de Indias” para implementar este método constructivo, con el cual se ahorrarían millones de dólares al tener que reasfaltarla cada cierto tiempo. Y así evitar el negociado con el asfalto, decían.

¿Qué más? Derrumbes, y más que derrumbes, deslizamientos de toda magnitud.

Recrudecimiento de fallas geológicas. Grandes masas de tierra, roca y otros materiales se deslizan, en algunos casos hasta arrastrando la mesa de la vía.

¿Mantenimiento? Cero al cuadrado.

¿Señalización? Cero a la redonda.

¿Cunetas? ¿Alguien las ha visto?

O sea, olvido total, abandono total.

Ahora, con las lluvias intensas, tal como lo imploraron a San Pedro creyentes y no creyentes y hasta el Gobierno para salir de la sequía y de los apagones, a la vía se le multiplican las pulgas. De pronto, un reservorio privado, colapsa, se desfoga y termina por romper un trozo del espinazo de la vía. Y allí está, como si nada hubiera pasado, incluyendo el dueño del embalse.

No es de ahora nomás. El deslizamiento en el kilómetro 66, sector El Ramal, de ser, inicialmente, un “ojito de agua” que de pronto asomó, ahora es un macrodeslizamiento. Las volquetadas de lastre y piedra echadas cada que se interrumpe el tráfico vehicular se esfuman tan pronto como ocurren aguaceros torrenciales. El agua de las lluvias, al no tener acueductos, desde el centro cantonal de Santa Isabel baja por la pendiente y desfoga en ese ya fatídico 66. ¿O no es así? Si es así, ¿qué entidad es la responsable de este despropósito? ¿Alguna institución ha contratado la realización de estudios hidrológicos para saber dónde está el origen del deslizamiento, que ha destruido varias casas, dejando en la calle a sus ocupantes y, más bien, se ha convertido en posadero para que ciertas autoridades se tomen fotos y les hagan videos promocionales, típico de políticos de poco talante o de funcionarios sin sal ni pimienta?

Ah, y parte del pulguero son los estudios prometidos. ¿Alguien sabe si los hacen en Cuenca, en Quito, en Marte, en Venus, en Júpiter o en otra Galaxia? ¿Los estarán realizando algunos neandertales o quienes arden en los quintos infiernos? (O)

Lcdo. Jorge Durán

Periodista, especializado en Investigación exeditor general de Diario El Mercurio

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