Cuenca honra al Papa con un altar de memoria y oración en la Catedral de la Inmaculada

La casulla, la mitra y la estola confeccionadas por artesanas azuayas, entre ellas Carmen Orellana, se exhiben en el altar de la Catedral de la Inmaculada Concepción.

En la Catedral de la Inmaculada Concepción, el eco de los rezos de los fieles resuena como una oración colectiva. La iglesia se vistió de luto por la muerte del papa Francisco el 21 de abril de 2025, y en el altar, una casulla se alza como símbolo de una historia tejida con fe, talento y manos azuayas.

Es la casulla que usó el Pontífice en su visita al Ecuador en 2015. Y fue confeccionada por artesanas de la provincia, entre ellas, Carmen Orellana Rodas, oriunda de Gualaceo que, desde su pequeño taller, alcanzó el corazón del Vaticano.

El encargo llegó en un momento de gran expectativa. El papa Francisco, el primer Pontífice latinoamericano, visitaría Ecuador del 5 al 8 de julio de 2015.

El ikat —esa técnica ancestral que consiste en teñir los hilos antes de tejerlos para formar patrones— fue la elección. Y Carmen, con manos curtidas por los años y el oficio heredado, se puso a trabajar. Durante semanas, cada hilo que tejía llevaba consigo una oración, una esperanza.

“Ver al Papa Francisco portando una de mis prendas me conmovió hasta las lágrimas”, manifestó en aquella ocasión.

Historia

Ahora, una década después, esa misma casulla reposa en la Catedral de la Inmaculada, expuesta junto a la mitra y la estola utilizadas en aquel viaje papal. A su lado, se observa una imagen de la Sagrada Familia bendecida por el Papa en Roma, como si custodiaran entre todos el recuerdo de Francisco.

Doña Mercedes Gutiérrez, una feligrés, se detuvo ayer frente al altar donde se exhiben las prendas. “Sentí que se me rompía el corazón al enterarme de la muerte del Papa que nos enseñó a mirar al prójimo con compasión y a no perder la esperanza. Fue un líder que caminó con el pueblo”, dijo.

Consternación

La muerte del papa Francisco ha causado consternación entre los católicos del mundo.

En Cuenca, la Arquidiócesis expresó su “profundo pesar” por el deceso del primer papa latinoamericano y destacó su legado: la cercanía con los más necesitados, la defensa de los derechos humanos, la misericordia, las encíclicas, el cuidado de la casa común y su mensaje de paz.

El padre Fernando Ortega, obispo auxiliar, destacó el simbolismo de su partida durante el tiempo pascual, que para los católicos representa la resurrección y la esperanza.

“Fue como perder a un padre. El Papa me nombró obispo auxiliar, creyó en mí para que viniera (de Ambato) a Cuenca. Fue un hombre que caminó con nosotros, que se atrevió a mirar de frente la pobreza y la desigualdad”, expresó

La Arquidiócesis ha pedido a los sacerdotes de la provincia celebrar eucaristías por el eterno descanso del Papa. Asimismo, se ha anunciado una misa solemne con todo el clero y fieles.

“El pensamiento del Papa Francisco dejó una huella profunda en la Iglesia y en la sociedad latinoamericana. Nos enseñó a caminar juntos, a vivir la sinodalidad como una gran familia, a cuidar la casa común, y a amar a los pobres, migrantes y enfermos”, recordó monseñor Ortega.

En sus palabras, Francisco fue un hombre de avanzada por fidelidad al Evangelio. Supo conservar la fe recibida, pero también impulsó a la Iglesia a mirar el horizonte, a descubrir al hermano que sufre y actuar con misericordia.

El impacto del Papa trascendió el ámbito eclesial. “Muchos líderes políticos, científicos y culturales hicieron suyo su mensaje de fraternidad y compromiso con la humanidad y el planeta”, añadió Ortega.

El obispo auxiliar explicó que la Iglesia Católica se mantiene atenta a las disposiciones de Roma tras el fallecimiento del Papa.

“Defiendan a la familia”

Monseñor Marcos Pérez, arzobispo de Cuenca, compartió sus sentimientos tras el fallecimiento del Papa Francisco, un momento que definió como de duelo, pero también de esperanza y preparación para una nueva etapa en la vida de la Iglesia.

Consultado sobre cómo recibió la noticia del deceso, Monseñor Pérez señaló que no solo la Iglesia, sino también los gobiernos y el pueblo en general han manifestado su tristeza por la partida del Santo Padre. “En esta Pascua, vivimos también su paso al cielo, y pedimos que interceda por nosotros y por la Iglesia”, expresó.

Respecto al legado que deja el Papa Francisco, el arzobispo destacó que su magisterio abordó temas fundamentales como la pastoral, el cuidado del medioambiente, la fraternidad universal.

Monseñor recordó con especial afecto sus encuentros personales con el Papa. «En 2015, durante su visita a Ecuador, quedó conmovido por la fe del pueblo», rememoró.

Años después, en 2024, el arzobispo lo visitó en Roma para invitarlo al Congreso Eucarístico y le entregó artesanías cuencanas como muestra del cariño de su gente. “Siempre fue cercano y fraterno”, comentó. En esa ocasión, al bendecir una imagen de la Sagrada Familia, el Papa le hizo tres peticiones: “Recen por la familia, cuiden a la familia, defiendan a la familia”.

Además, reflexionó sobre la huella que dejó el pensamiento del Papa Francisco en América Latina. “Su influencia fue profunda, porque nos enseñó que en la Iglesia el cargo no es un título, sino una responsabilidad al servicio de los demás. Nos recordó que estamos aquí para servir y ser hermanos de todos”. (I)

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Patricia Naula Herembás

Licenciada en Comunicación Social con experiencia en medios tradicionales y digitales. Hace coberturas y en redacción de temáticas de emprendimiento, empresarial, sociedad e interculturalidad.

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