
Ecuador alcanzó en 2024 un nuevo récord histórico en el ingreso de remesas enviadas por migrantes en el exterior, que sumaron 6.539,8 millones de dólares, equivalente al 5,3 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país, según el Banco Central del Ecuador (BCE).
Sin embargo, expertos advierten que esta tendencia podría revertirse en 2025, afectando directamente el consumo interno y el crecimiento económico.
Luis Tobar, analista económico, explica que el salto en las remesas responde al fuerte flujo migratorio hacia Estados Unidos en los últimos años.
Solo desde ese país se enviaron 4.804,1 millones de dólares, es decir, el 73,5 % del total, con un incremento del 23,8 % frente a 2023.
«Las remesas tienen un peso significativo en la economía ecuatoriana», señaló Tobar.
«Para dimensionarlo: en 2024 la inversión extranjera directa apenas alcanzó 232 millones de dólares, es decir, el 0,2 % del PIB, muy por debajo del 5,3 % de las remesas».
El analista advirtió que una posible recesión económica en Estados Unidos, sumada a las políticas migratorias más restrictivas impulsadas por Donald Trump, podría generar un entorno adverso para los migrantes ecuatorianos, afectando su capacidad de envío de dinero.
Indicó que hay tres factores principales que van a influir:
- El aumento de los aranceles que podría desacelerar la economía estadounidense
- El temor de los migrantes indocumentados a ser deportados, lo que les impide trabajar jornadas completas
- La disminución del flujo migratorio debido al endurecimiento de los controles fronterizos.
Ahorro y consumo
Daniela Garcés, economista de la Universidad Internacional, recordó que, tras la adopción de la dolarización, las remesas han jugado un rol crucial en la circulación de dólares dentro del país.
Según Garcés, entre el 60 % y 70 % de envíos se destinan a cubrir necesidades básicas como alimentación, salud y educación. Por ello, advirtió que una caída en el flujo de remesas afectaría directamente tanto a los hogares que dependen de ellas como al dinamismo económico general.
En este ámbito, Tobar añadió que se ya se observa una tendencia de los migrantes a redirigir parte de las remesas hacia el ahorro como medida de prevención. Esto ante una posible deportación o deterioro de sus condiciones laborales en Estados Unidos.
Esto se refleja en el crecimiento de los depósitos en bancos y cooperativas durante el primer trimestre de 2025, con crecimientos del 19 % y 10,3 %, respectivamente.
“Una caída de remesas afectaría directamente el consumo de los hogares, incidiendo en la tasa de crecimiento del PIB, que ya retrocedió un 2 % en 2024”.
Por su parte, Francisco Miño, presidente del Directorio de BanEcuador, señaló que, dado que la mayor parte de las remesas se destina al consumo y no a actividades productivas, se plantearán alternativas.
“Para revertir esta tendencia, BanEcuador planea canalizar estos recursos hacia proyectos sostenibles mediante capacitación en educación financiera”, indicó.
De acuerdo con el BCE, el monto de remesas sumó 6.539,8 millones de dólares en 2024. Esta cantidad representa un aumento del 20,05 % en comparación con 2023. Esta evolución se enmarca en una tendencia de crecimiento sostenido: los envíos se han casi tripliquen desde 2014, cuando se registraron 2.461 millones de dólares.
María Herrera, economista y expresidenta del Colegio de Economistas del Ecuador, reconoció que las medidas arancelarias impulsadas por Trump podrían tener repercusiones. Aunque matizó que el impacto sobre Ecuador sería moderado. “Hay países que enfrentan aranceles del 40 %, 45 %, mientras que en nuestro caso es del 10 %”, indicó. (PNH)-(I)
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