Del “Contador” a la infancia

Tito Astudillo y A

Leyendo “Apuntes de Arqueología Cañar”, de Jesús Arriaga (1856-1932), que llegó a mis manos cortesía de Bolívar Cárdenas Espinosa, lectura fascinante, de principio a fin, por sus contenidos, estilo y lenguaje. Me llamó especialmente la atención el capítulo “Un contador” refiriéndose al “Contador Cañar” que fue parte de su investigación y hallazgo de un ejemplar en Chacoshina, “algo más arriba del cementerio de la parroquia del Valle”, y como recordar la infancia es lo más cercano a la felicidad, allá fui cargado de ilusiones.

La colina de Chacoshina, decíamos Shacushina, justo más arriba del cementerio, como enmarcando la laguna de Cochapamba grande, se desbarranca en un laberinto de inmensas rocas que escondían el Tululún, cueva y pozo de la leyenda del” toro encantado” y al otro lado una ladera arenisca con infinidad de piedrecillas de colores, caracoles y restos cerámicos entre retamas, piñanez y jadanez siempre en flor, sitio de frecuentes excursiones escolares. Allá fuimos, la primera vez, con el profesor de primer grado, el “señor Quintuña”, nos enseñó a distinguir piedrecitas de chispa, de corte, de flote que después hacíamos serpentear en el espejo de la laguna, y de colección por sus colores que recogíamos para las clases de suma y resta –¿cuántas piedritas tengo aquí?- ¿si quito dos cuántas quedan?; nos enseñó a distinguir tiestos(restos cerámicos) comunes de “tiestos incas” por su textura, grosor y colores, hábito y recuerdos que llenaron rincones de mi hogar y aún ahora; nos enseñó a encender una fogata frotando dos piedrecitas especiales por su color y resistencia hasta que saltaba la chispa que prendía el montoncito de hojas secas que preparábamos. Nos contaba leyendas de “Los gentiles”, “el toro encantado”, “la laguna brava”, “Mama Huaca y su paila de oro” y tantos y tantos más.

El Contador Cañar, “una piedra curiosa, con ciertas líneas dibujadas en cuadros, que algo debían significar…”, encontradas en Sígsig, Chordelec, Gualaceo, Patamarca y Chacoshina en El Valle, “servía perfectamente bien para sumar y restar, según el sistema decimal”, prácticas presentes aún, “como lejanas reminiscencias inconscientes, en el sistema de contar con granitos y por decenas que aún tienen los indios”, anota el erudito sacerdote en, “Un Contador”, texto publicado en 1922. (O)

Dr. Tito Astudillo

Médico, docente y periodista. Fue miembro titular, vocal de Directorio y Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo del Azuay. Exdocente de primaria, secundaria y educación superior.

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