Colectivos celebran el Día Internacional del Orgullo LGBTI

Los artistas gais de Nicaragua denuncian discriminación a través del arte

Roberto se preparó este año para conmemorar el Día Internacional del Orgullo LGBTI presentando un espectáculo de comedia en vivo denominado «Siempre cochón, nunca incochón», que trajo consigo una explosión de risas y carcajadas, pero también un mensaje de denuncia ante la discriminación que sufre la diversidad sexual en Nicaragua.

«Me gusta actuar porque a través del espectáculo puedo hablar de la denuncia de las cosas que nos pasan», explicó a Efe Roberto Lechado, un gay de 29 años, que se dedica a la actuación desde hace más de una década.

Lechado dijo que la comedia tiene aceptación entre la gente, sin distingos de su orientación sexual, por lo que aprovecha ese formato para generar conciencia sobre las diversas expresiones de discriminación que vive la comunidad LGTBIQ (lesbianas, gais, transgéneros, bisexuales, intersexuales y queer) en Nicaragua.

«Una mujer una vez se me acercó, después de presentar el show, y me dijo: ‘Roberto fui con mi mamá a tu espectáculo, no tenía ni idea de lo que íbamos a ver y le encantó y al día siguiente habló con mi hermano, que es gay y ella no lo había tomado de la mejor manera y hablaron y ahora se llevan mejor’, afirmó.

ACOMPAÑA CRÓNICA: NICARAGUA LGTBI AME8864. MANAGUA (NICARAGUA), 28/06/2021.- Una integrante de la comunidad LGBTI posa durante la conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGBTI, el 26 de junio de 2021 en Managua (Nicaragua). EFE/Jorge Torres

Este artista también es docente de teatro en una escuela de Managua, espacio en el que promueve reflexiones como la igualdad de género entre sus estudiantes.

HOMOSEXUALIDAD ACEPTADA Y RECHAZADA

Aunque este hombre moreno, de cabello rizado y grandes ojos negros que dice haber nacido con privilegios por tener una familia donde respetan su orientación sexual, ha sido víctima de la discriminación en las redes sociales, espacio que también utiliza para promover mensajes de no violencia.

«Yo digo que está la homosexualidad aceptada y la rechazada. La aceptada es la masculina. Es esta idea de hombre que no ofende, que no incomoda, entonces, esta bien pues, que siga siendo hombre, pero luego también está la homosexualidad rechazada, que es la que ya sale del cuadro de lo masculino y empieza a ser femenino, entonces, eso ya ofende», puntualizó el comediante.

Por su parte, la artista rapera Gabriela Baca Vaughan, de 52 años, quien se autodenomina como «la primera cantautora abiertamente lesbiana» en Nicaragua, también destacó los beneficios que tiene el arte para dar visibilidad a la comunidad LGBTI.

ACOMPAÑA CRÓNICA: NICARAGUA LGTBI AME8864. MANAGUA (NICARAGUA), 28/06/2021.- La artista Gabi Baca, integrante de la comunidad LGBTI, se presenta durante la conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGBTI, el 26 de junio de 2021 en Managua (Nicaragua). EFE/Jorge Torres

«Gaby Baca» o «Baca Loca», como es conocida en el mundo artístico nicaragüense, dijo a Efe sentirse contenta de ser pionera en el canto feminista y en el de la diversidad sexual, porque no solamente promueve un cambio al interpretar canciones, por ejemplo, como «La Cumbia Lesbiana» o «Sirenas», sino también porque le permite ser ella misma en el escenario y transgredir los cánones de belleza impuestos por la sociedad.

EL ARTE LOS LIBERA

La cantante, con 27 años de trayectoria, comunicadora social y experta en marketing, ha realizado giras por países de Centroamérica, América del Sur y Europa, donde dice ha llevado mensajes de igualdad en sus canciones y de protección al medio ambiente.

Este año, en el marco del día del Orgullo Gay, también participó en un espectáculo, con mezcla de comedia y rap, porque, según explicó, «en tiempos difíciles, en tiempos tan duros lo que nos rescata es el humor».

Además, dijo, las bromas y la risa han estado presente en toda su vida.

Tanto Lechado, como Baca, coincidieron que en la conmemoración del día del Orgullo Gay, la comunidad LGBTI en Nicaragua tiene la oportunidad de ser más visible y de promover una reflexión en torno a la necesidad de la inclusión y el respeto a sus derechos.

Según el estudio «Estado de la situación de los derechos humanos de la población LGBTIQ en Nicaragua», publicado por la no gubernamental Red de Desarrollo Sostenible (RDS), la diversidad sexual del país centroamericano sufre violencia física y psicológica en las calles como consecuencia de su orientación sexual, identidad y expresión de género.

ACOMPAÑA CRÓNICA: NICARAGUA LGTBI AME8864. MANAGUA (NICARAGUA), 28/06/2021.- Integrantes de la comunidad LGBTI posan durante la conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGBTI, el 26 de junio de 2021 en Managua (Nicaragua). EFE/Jorge Torres

La investigación indica que este colectivo está preocupado por su integridad física, el acceso al empleo, a la educación y a la salud, derechos que muchas veces le son negados.

Un escuadrón de cachiporras trans busca romper barreras en El Salvador

Un grupo de cachiporras (batuteras, cheerleaders con bastón) trans busca romper todo tipo de barreras sociales, las cuales les impide vivir libres, plenas y seguras en El Salvador, un país donde la discriminación y la violencia es el diario vivir de la comunidad LGTBI.

Con trajes llamativos, peinados elegantes y coreografías bien elaboradas, el «escuadrón», como es llamado por su líder, Sofia Zelaya, pretende cambiar el pensamiento de la sociedad conservadora salvadoreña.

El grupo conformado por al menos 16 chicas transexuales de distintas edades es representativo del oriental departamento de San Miguel y la idea de su creación nació hace cinco años, según lo comentó a Efe Zelaya de 36 años.

El escuadrón, que es acompañado por un grupo de jóvenes que tocan los diferentes instrumentos de la banda musical -o de paz como se le conoce en la región-, «rompe con los estereotipos y busca generar conciencia que todos podemos», dijo Zelaya.

«Créame que es muy difícil, pero lo hemos logrado y hemos sacado adelante (el proyecto) con mucho esfuerzo y con pocas ayudas, pero siempre adelante», comentó la mujer.

ACOMPAÑA CRÓNICA: EL SALVADOR HOMOSEXUALES – AME8838. SAN SALVADOR (EL SALVADOR), 28/06/2021.- Cachiporras participan en un desfile con motivo del Día del Orgullo LGBTI el 26 de junio de 2021, en San Salvador (El Salvador). Con trajes llamativos, peinados elegantes y coreografías bien elaboradas, el «escuadrón», como es llamado por su líder, Sofia Zelaya, pretende cambiar el pensamiento de la sociedad conservadora salvadoreña. EFE/ Rodrigo Sura

Señaló que el escuadrón que lidera «es uno de los más fuertes del país y el más esperado» en marchas y otros eventos de la comunidad de Lesbianas, Gais, Transgénero, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI).

«Es algo que cuesta bastante porque no todas la opiniones son iguales», enfatizó.

Zelaya subrayó que el baile, como su forma de expresarse, «nos ayuda a romper estereotipos porque es algo que se viene innovando» y aseguró que «lo que estamos haciendo es incluir (a la sociedad) nuestra cultura y nuestra creencia».

Las organizaciones de la comunidad por la diversidad sexual han reclamado durante años la creación de políticas públicas para tratar de reducir los niveles de discriminación que sufren hasta por funcionarios estatales y erradicar la violencia a la que están expuestos.

ACOMPAÑA CRÓNICA: EL SALVADOR HOMOSEXUALES – AME8838. SAN SALVADOR (EL SALVADOR), 28/06/2021.- Cachiporras participan en un desfile con motivo del Día del Orgullo LGBTI el 26 de junio de 2021, en San Salvador (El Salvador). Con trajes llamativos, peinados elegantes y coreografías bien elaboradas, el «escuadrón», como es llamado por su líder, Sofia Zelaya, pretende cambiar el pensamiento de la sociedad conservadora salvadoreña. EFE/ Vladimir Chicas

También han denunciado en diferentes ocasiones la falta de atención a la población LGTBI por parte del Estado salvadoreño frente a la violencia y discriminación que padecen.

«Nosotras somos iguales al resto, también somos personas, tenemos sentimientos, expresamos lo que sentimos y queremos que el mundo crea en nuestra ideología», manifestó.

Agregó que al bailar «me siento emocionada, bien y tranquila porque nos esforzamos como grupo y mi persona se siente satisfecha».

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en El Salvador, la esperanza de vida de una mujer trans es de solo 33 años, menos de la mitad de los 74 años de esperanza de vida de la población en general, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

ACOMPAÑA CRÓNICA: EL SALVADOR HOMOSEXUALES – AME8838. SAN SALVADOR (EL SALVADOR), 28/06/2021.- Cachiporras participan en un desfile con motivo del Día del Orgullo LGBTI el 26 de junio de 2021, en San Salvador (El Salvador). EFE/ Rodrigo Sura

Las principales víctimas de la violencia y la discriminación son las mujeres trans y los hombres gais. La violencia empuja a muchas personas LGBTI a migrar a otras ciudades e incluso a otros países.

Actualmente, las mujeres trans luchan para que se les reconozca y garantice su derecho a un nombre que corresponda a su identidad de género, ya que la Asamblea Legislativa de amplia mayoría oficialista mandó al archivo un proyecto de ley de identidad de género.

Rechazo y autodestrucción, el difícil camino de un joven trans en Venezuela

«Mamá, ¿qué hubiese pasado si hubiese nacido niño?», preguntaba Giordy Quiñones, una y otra vez, cuando era pequeño. Entonces, era una niña; hoy se identifica como hombre trans tras una adolescencia de depresión, rechazo y autodestrucción, una historia frecuente entre su colectivo en su natal Venezuela.

Este chico de 25 años recuerda que desde pequeño sentía que su cuerpo y apariencia no coincidía con su identidad sexual, pero no era un tema fácil de hablar en casa.

«Me daba temor decirle: ‘mira mamá yo no me identifico como una niña, yo me siento más como un niño'», dice a Efe Giordy, de cabello rizado y piel oscura, en un teatro en Caracas que, para él, es un espacio «liberador».

Giordy también se define como bisexual y hace una semana participó en una protesta de la comunidad LGBTI en Caracas, condenando el asesinato, aún sin esclarecer, de una mujer trans y dos homosexuales en el área metropolitana de la capital. Desde ese momento siente temor y no es en vano.

Un informe del Observatorio de Personas Trans Asesinadas de Transgender Europa (TGEU, en inglés) registró, entre 2008 y septiembre de 2020, 3.664 transexuales asesinados en todo el mundo por prejuicios discriminatorios, 126 en Venezuela.

«Después que ocurrieron estos crímenes dije: ‘¿qué puede pasar un día que yo no pase tan desapercibido y alguien le provoque molestarme?'», cuestiona Giordy.

ACOMPAÑA CRÓNICA: VENEZUELA TRANSFOBIA – AME8792. CARACAS (VENEZUELA), 28/06/2021.- Un grupo de personas participa en una protesta pacifica a favor de los derechos de la comunidad LGBTI el 21 de junio de 2021, en Caracas (Venezuela). EFE/ Miguel Gutiérrez

Durante la protesta, cargaba dos cruces negras con el nombre y edad de una víctima de otro crimen que considera fruto de la LGBTIfobia.

Además, ayudaba a sostener una pancarta donde se leía «no más discriminación».

De eso, él sabe mucho, lo vivió en la universidad o en el trabajo, en su vida cotidiana.

«AUTODESTRUCCIÓN»

Giordy, que es el nombre que asumió seis años atrás, vivió una niñez muy difícil tratando de entender su género: «Atentaba contra mi propio cuerpo, eso me llevó a la autodestrucción».

«Yo esperaba que mi cuerpo fuese más masculino (…) y cuando comenzaron a salir los pechos (…) las curvas, todo lo que tiene que ver con la feminidad, yo dije, ‘esto no me pertenece'».

Más de la mitad de su vida se ha sentido «atrapado», sin saber cómo sacar «eso» que estaba «dentro».

Y añade: «Me llevó a caer en la depresión, fue bastante fuerte yo mismo reprimirme por ese miedo y temor al que dirán, a la discriminación», o al rechazo.

A sus 12 años, «estalló la bomba» de lo que Quiñones describe como un «foso oscuro».

«Yo estaba pensando en el suicidio (…) y dije: ‘me lanzo al abandono y me voy de este plano, o asumo lo que realmente soy'», rememora.

EL DESPLAZAMIENTO

Para él, la discriminación ha sido lo más difícil.

«Es muy triste que las personas te rechacen por ser trans. Cuando tú le dices a una persona que eres trans, te desplaza totalmente y se aleja, ‘no vaya a ser que eso se te vaya a pegar'», comenta.

Giordy abandonó sus estudios universitarios, luego de que algunos profesores se mofaron de su identidad.

«Me ponían en ridículo frente a todos (…) se empeñaban en llamarme por mi nombre legal para que los del salón (de clases) se burlaran», explica.

ACOMPAÑA CRÓNICA: VENEZUELA TRANSFOBIA – AME8792. CARACAS (VENEZUELA), 28/06/2021.- Un grupo de personas participa en una protesta pacifica a favor de los derechos de la comunidad LGBTI el 21 de junio de 2021, en Caracas (Venezuela). EFE/ Miguel Gutiérrez

Cambiar su nombre es un escabroso proceso en una Venezuela que no tiene una ley de identidad de género que incluya a la comunidad.

No solo dejó la universidad, sino que, además, se vio forzado a renunciar a su empleo en una clínica de Venezuela.

«Yo trabajaba como asistente administrativo» detalla Giordy, a quien, con su nuevo aspecto físico, lo «pasaron a vender café».

Antes, describe, «tenía el cabello largo» y, con su transición, comenzó a lucir cabello corto, usa camisas y pantalones holgados.

LAS FAMILIAS

«Aquí estamos, adorada hija brindándote el apoyo y la devoción de siempre. (…) Hoy dimos el primer paso hacia tu transición formal y física. Vas en vía de la transformación de ese cuerpito de niña que nunca entendiste, que no te define», escribió en 2016 Karina, una famosa cantante venezolana a su hija que, como Giordy, se define como hombre.

La publicación, en su momento, revolucionó la red social con comentarios llenos de odio, en una Venezuela muy poco tolerante con la comunidad LGBTI.

«Es como si viniéramos de otro mundo», explica Fernando Pereira, terapeuta familiar y fundador de la ONG Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), que asegura que poco o nada se discute sobre educación sexual, orientación o identidad de género en colegios de Venezuela.

Para la familia de Giordy fue una «total sorpresa» su revelación.

Y no hubo apoyo «‘porque nosotros aquí vimos nacer a una niña'», afirma que le decían. Sin embargo, ahora están tratando de aceptarlo, «de llevar la situación con armonía».

«Las familias, en muchos casos, tratan de evitar el dolor, el sufrimiento, previendo el rechazo, el antagonismo y, de alguna manera, van viviendo un duelo», señala Pereira.

Giordy ha cumplido seis años «en libertad», en el cuerpo que lo define. Y cada vez que siente miedo al qué dirán, se repite: «imagina que estás en el teatro y eres un personaje».

Parejas homosexuales cuentan los días para oficializar sus familias en Chile

Camila Hermosilla tacha los días que le quedan para salir de cuentas. A la angustia de dar a luz en pandemia, se suma otro desasosiego: el matrimonio igualitario aún no está legalizado en Chile y Ángela, su pareja desde 2014, «no tiene ni voz ni voto legal» sobre el hijo que esperan.

«Si en el día del parto me llega a pasar algo, a la Ángela no le van a dar al Clemente ni le van a decir como está. Nos sentimos como ciudadanas de segunda», denuncia a Efe esta psicóloga de 37 años.

Por eso, desde que el pasado 15 de junio se retomó la discusión de un proyecto de ley que podría convertir a Chile en las próximas semanas en el octavo país de la región en aprobar este derecho social, no se pierde ninguna sesión parlamentaria.

«Para nosotras es súper importante por un tema de derechos, pero no solamente nuestros, lo más importante es el derecho de nuestro hijo a una vinculación legal con su madre no gestante», afirma al otro lado de la pantalla, en la ciudad sureña de Concepción.

ACOMPAÑA CRÓNICA: CHILE HOMOSEXUALES – AME8658. SANTIAGO (CHILE), 28/06/2021.- Roldofo Morrison (i) y José Manuel Graus (d), matrimonio homosexual, posan con sus hijos en entrevista con Efe, el 24 de junio 2021, en Santiago (Chile). Se casaron en 2014 en España, donde el matrimonio igualitario es legal desde 2005, y pensaron en formar una unión civil cuando llegaron a Chile pero lo rechazaron porque querían tener familia y «no tenía sentido» esa fórmula jurídica. EFE/ Elvis González

El matrimonio entre personas del mismo sexo se ha convertido en los últimos años en una de las mayores luchas de los colectivos LGTBI en Chile, donde los homosexuales solo pueden unirse desde 2015 bajo la figura del Acuerdo de Unión Civil (AUC), que no permite la adopción ni la filiación.

«LAS LEYES EDUCAN»

Roldofo Morrison y José Manuel Graus están en una situación parecida, aunque ellos ya son padres de dos niños chilenos.

Se casaron en 2014 en España, donde el matrimonio igualitario es legal desde 2005, y pensaron en formar una unión civil cuando llegaron a Chile pero lo rechazaron porque querían tener familia y «no tenía sentido» esa fórmula jurídica.

«El acuerdo vigente ahora mismo en Chile no nos permite darles los dos apellidos a nuestros hijos», explica Graus a Efe en su casa de Santiago, mientras le pone el chupete a Ícaro, de un año.

En el sofá de al lado, Morrison juega a la pelota con Mawün, su otro hijo de 4 años, y reconoce que el Chile de hoy no es el mismo que hace una década.

«La sociedad chilena ha avanzado mucho más rápido de lo que ha hecho el Congreso. Las leyes van un paso atrás con respecto a las transformaciones sociales», asegura.

Las encuestas le dan la razón: el 65 % de los chilenos cree que se debería permitir el matrimonio gay, lo que coloca a Chile como el segundo país latinoamericano con mayor respaldo, solo por detrás de Argentina (73 %), según Ipsos.

«Creo firmemente que las leyes educan y, al igual que con la ley antitabaco la gente apagó su cigarrillo en lugares públicos cerrados, una ley del matrimonio gay haría que la sociedad avanzara en cuestión de un segundo», agrega Graus.

En cuanto se apruebe, convalidarán su matrimonio español en Chile para criar «en paz» a sus hijos.

¿OPORTUNISMO O CONVICCIÓN?

El proyecto se presentó en 2017, durante el segundo Gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet (2014-2018), y estuvo atascado más de dos años.

ACOMPAÑA CRÓNICA: CHILE HOMOSEXUALES – AME8658. SANTIAGO (CHILE), 28/06/2021.- Roldofo Morrison (i) y José Manuel Graus (d), matrimonio homosexual, posan con sus hijos en entrevista con Efe, el 24 de junio 2021, en Santiago (Chile). El matrimonio entre personas del mismo sexo se ha convertido en los últimos años en una de las mayores luchas de los colectivos LGTBI en Chile, donde los homosexuales solo pueden unirse desde 2015 bajo la figura del Acuerdo de Unión Civil (AUC), que no permite la adopción ni la filiación. Roldofo Morrison y José Manuel Graus son padres de dos niños chilenos. EFE/ Elvis González

En enero de 2020, el Senado decidió aprobar la idea de legislar el matrimonio gay, pero no avanzó en su articulación ante la férrea oposición de los partidos conservadores de la coalición oficialista.

Su reciente reactivación se produce luego de que el pasado 1 de junio el presidente chileno, Sebastián Piñera, dijera en su última rendición de cuentas pública antes de dejar el cargo en marzo de 2022 que «ha llegado el tiempo» de aprobarlo y otorgara carácter de «urgencia» a su tramitación.

Tanto expertos como organizaciones LGTBI coinciden en que hay apoyos suficientes en el Parlamento, aunque reconocen que habrá quejas de los sectores más conservadores y religiosos.

«El piso político es mayoritario y están dictadas todas las condiciones para que se complete en el más breve plazo, quizá en menos de dos meses», dijo a Efe Octavio Avendaño, sociólogo de la Universidad de Chile.

El sorpresivo respaldo de Piñera, quien rechazó en 2019 darle urgencia al mismo proyecto, cayó como un jarro de agua fría en los partidos que forman la coalición con la que gobierna, especialmente en la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI).

Para Isabel Amor, directora de la Fundación Iguales, el anuncio de Piñera fue «un tanto oportunista», pues «se dio cuenta de que sacando el matrimonio igualitario adelante se inscribiría en la historia de Chile como un presidente que hizo un cambio sustantivo en derechos humanos», ya que también promulgó la ley de identidad de genero, otro proyecto de Bachellet.

«Al mandatario -zanjó- le está tocando meter los goles con una pelota que otros colocaron antes».

Transexualidad, un camino de liberación que conduce a la muerte en Bolivia

La lucha por la propia identidad sexual en Bolivia puede llegar al extremo de costar la vida, no sin antes atravesar por un difícil camino de discriminación que, en el caso de las mujeres transexuales, está marcado por la renuncia al propio hogar e incluso al suelo natal.

En ciudades como El Alto, vecina de La Paz, han calado hondo los asesinatos de Litzy en 2018 y Gabriela en 2020, ambas mujeres transgénero, con una historia parecida ya que las dos migraron del oriente al occidente del país donde creyeron que la discriminación podía ser menor.

Las investigaciones judiciales en ambos casos no han avanzado lo suficiente y se suman alrededor de una treintena de hechos fatales que según la Organización de Travestis, Transgéneros y Transexuales Femeninas de Bolivia (Otraf) se han cuantificado en la última década.

DOS TRANS EN UNA FAMILIA

«Empezamos desde niños, ya nosotras sabíamos que éramos gay (…) Entre ella y yo era un secreto y mientras iba pasando el tiempo se iba notando más», contó Davinia a Efe sobre la «transición» que afrontó con su hermana Litzy para convertirse en mujeres.

ACOMPAÑA CRÓNICA: BOLIVIA HOMOSEXUALES. AME8379. EL ALTO (BOLIVIA), 25/06/2021.- Davinia, una mujer transexual, habla con Efe el 16 de junio de 2021, en la ciudad de El Alto (Bolivia). La lucha por la propia identidad sexual en Bolivia puede llegar al extremo de costar la vida, no sin antes atravesar por un difícil camino de discriminación que, en el caso de las mujeres transexuales, está marcado por la renuncia al propio hogar e incluso al suelo natal. EFE/ Martin Alipaz

El juicio de su familia provocó que dejaran su casa a los 13 años de edad y casi de inmediato comenzaran su transformación dejándose crecer el pelo, luego vino la «hormonización» y más adelante los implantes mamarios, relató.

«Nunca más volvimos a estudiar», «desde temprana edad comenzamos a trabajar sexualmente», primero en Santa Cruz hasta tomar la decisión de alejarse completamente de su anterior vida para residir en El Alto, en el occidente del país, rememoró.

Davinia estaba con Litzy la noche en la que esta última fue asesinada en una discoteca con un destornillador que le atravesó el pecho tras una gresca con un grupo de hombres y mujeres que, según dijo, no dejaban de buscar pleito a causa de su identidad sexual.

La muerte de mi hermana fue «un golpe muy grande porque ella era todo para mi», señaló Davinia, quien en aquel momento también recibió varias puñaladas y salvó su vida de milagro.

LA MUERTE DE GABRIELA

La historia de Gabriela, de 19 años, se asemeja a la Litzy en que ella también dejó su hogar en Guayaramerín, en el noreste del país, para vivir en El Alto, donde convivió con Davinia que le ayudó a hacer la transición.

Ella la orientó con los consejos de maquillaje y la hormonización para casi de inmediato «empezar a trabajar» sexualmente a través de anuncios al extremo de que «los clientes la confundían» con una mujer, contó su excompañera.

Gabriela falleció una madrugada en un alojamiento con casi dos decenas de puñaladas que le proponó un cliente que, según contó Davinia, ya había salido varias veces con ella, al punto de que tenían fotos juntos.

La investigación del caso no prosperó, ya que el alojamiento no tenía cámaras de seguridad y nunca se supo la identidad del agresor que Gabriela había puesto en reserva durante aquel tiempo.

«Tengo miedo que me pueda pasar algo y que me puedan matar cruelmente como lo han hecho con Gabriela, como lo han hecho con mi hermana y que después no se haga justicia», admitió Davinia que trabaja de estilista pero que en ocasiones debe realizar trabajos sexuales para cubrir los gastos básicos de su sustento.

LA ESPIRAL DEL ODIO

«Mayormente, los que nos buscan a nosotras las trans son prácticamente gais, ellos viven frustrados, tienen su familia», respondió Davinia tras ser consultada sobre el patrón de los agresores.

Después del acto sexual, varios de los clientes que buscan a una transexual «se arrepienten» y «las miran con odio», pero un tiempo después «vuelven a buscarnos otra vez» y «pasa lo mismo», contó Davinia sobre aquella espiral que termina en fatalidad.

A juicio del presidente del colectivo TLGBI de Bolivia, David Aruquipa, las transexuales son el grupo de la comunidad gay con mayor adversidad en cuanto a aspectos como acceso al trabajo, educación y vida en condiciones de pobreza marcada por la migración y que «dan lecciones de vida y de lucha».

Aruquipa consideró de que las transexuales fueron «la punta de lanza» de la reivindicación homosexual en Bolivia y que por ello el nominativo local es TLGBI, con la T por delante, y no el convencional LGBTI.

Entre enero de 2020 y mayo de 2021 se han registrado unas 57 denuncias de la población TLGBI, la mayoría de ellas relacionadas con pedidos de igualdad y no discriminación, de garantías de debido proceso y acceso a la justicia, derecho a la integridad personal, la identidad y acceso a la salud, según datos de la Defensoría del Pueblo.

Recientemente el Servicio de Registro Cívico (Serecí) del país reconoció la unión civil de dos personas del mismo sexo, lo que constituye un hito en la conquista de derechos del colectivo ante los «grupos conservadores o antiderechos», dijo Aruquipa que junto a su pareja son los beneficiados por esa decisión. EFE

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