Diferentes actores deportivos exponen algunos puntos en los que se debería apuntalar para tener un mejor sistema deportivo.
Tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020+1 y de la obtención de medallas en ciclismo y levantamiento de pesas volvieron a surgir las diferencias entre algunos organismos deportivos y volvieron a emerger la serie de dificultades que atraviesan los deportistas para representar al país en el alto rendimiento.
Entrenadores sin contrato, miembros de los equipos multidisciplinarios impagos desde hace algunos meses, falta de apoyo y asistencia en las competiciones, etc., han sido algunas de las problemáticas expuestas públicamente y que han generado la búsqueda de culpables más que la autoevaluación y la unión de fuerzas para que la situación cambie desde la raíz.
“Todos somos culpables”, dice el doble medallista olímpico Jefferson Pérez en el programa “De A Leva y A Fondo” de los Ingobernables, en YouTube. Incluye a los deportistas y no solo porque guardan silencio so pena de alguna represalia.
Pérez sostiene que los deportistas no deben abstraerse de los problemas sociales para propender cambios y deben exigir a los dirigentes una formación académica que le ayude a desarrollarse de forma integral.
Manuel Bravo, presidente de la Federación Ecuatoriana de Atletismo, reconoce esa falencia de los organismos deportivos, así como la poca importancia de una mayoría de atletas élite por conocer las leyes del deporte o el rol de sus entidades y representantes.
No obstante, uno de los problemas “gigantescos” del deporte ecuatoriano, según Pérez, es el denominado “voluntariado”. Así como hay dirigentes que sacan de su bolsillo para ayudar al deportista, hay otros que se aprovechan del cargo para determinados privilegios. “Me sale más costoso como nación un voluntariado ineficiente que un profesional eficiente, que reciba un salario”, sentencia.
Alto rendimiento
El campeón olímpico de 20 km en Atlanta 1996 asegura que el Plan de Alto Rendimiento necesita más que soluciones parches, un proceso sólido que tomará de ocho años para arriba porque debe volver su mirada a los orígenes, donde nacen los talentos.
El médico deportólogo Marco Chango, agrega que debe haber una “selección adecuada de aquellos muchachos que nos puedan rendir a nivel internacional” y que la proyección debería encaminarse a tres Juegos Olímpicos para tener siempre los relevos. Por ejemplo, para ahora se debería pensar en Paris 2024, Los Ángeles 2028 y Brisbane 2032.
Desde su óptica, el deporte es eficacia y eficiencia, por eso se debe analizar si conviene invertir en un atleta mayor que “ya no es posibilidad de medalla” o invertir en “selecciones inferiores sobre todo en cadetes y juveniles que es el futuro del deporte ecuatoriano”.
Pérez no concibe el éxito de un proyecto sin que sus diferentes actores converjan en un objetivo común. Estima importante el trabajo coordinado entre los ministerios del Deporte, Educación, Seguridad y Cultura; el apoyo de la Asamblea Nacional en la generación de leyes que aporten al fortalecimiento del sistema deportivo; el compromiso de los medios de comunicación para informar un poco más sobre otros deportes independientes del fútbol; y la unión dirigencial para encaminar y emular procesos exitosos.
En este último punto, Chango advierte una falta de coordinación. “Hay mucha pelea, mucha política en el deporte…”. Como ejemplo apunta que suelen organizarse selectivos posteriores a unos Juegos Nacionales cuando bien se podría aprovechar este último evento para escoger a los deportistas que irán a determinado evento internacional. “Se pierden recursos por egoísmo”, subraya.
El coordinador zonal 6 del Ministerio del Deporte, Francisco Sánchez, no reveló proyectos concretos, pero señala que hay buena predisposición para emprender un trabajo coordinado tras las reuniones mantenidas con distintos organismos incluidos los barriales y estudiantiles donde “salen los futuros campeones”.
Primeras acciones
Sánchez manifiesta que el ciclo olímpico rumbo a París 2024 tendrá transparencia, eficiencia y trabajo en equipo. “El nuevo Plan de Alto Rendimiento está enfocado en que nuestros deportistas reciban todos los recursos, todas las herramientas y metodologías necesarias para que puedan entrenar al más alto nivel”.
Recalca que dicha cartera de Estado “está trabajando en un sistema que transparente toda la inversión” que se haga en la masificación y en el alto rendimiento. Para evitar segregaciones, el Comité Ejecutivo de Alto Rendimiento se encargará de analizar las particularidades de cada deporte lo que ayudará incluso en la recategorización a los deportistas becados.
Para Chango está perfecto que la masificación se de a todo nivel, “pero ya en el alto rendimiento tenemos que invertir en los deportes donde somatotipológicamente vamos a tener resultados… En mi deporte, el taekwondo no se podría invertir tanto porque nuestros peleadores son muy pequeñitos de 1,55, 1,60” cuando “ahora la gran mayoría de campeones olímpicos llegan al 1,90”.
Por otro lado, cree necesario que haya mayor control. “No es cuestión de dar solo dinero y no pedir explicaciones, no pedir evaluación y no pedir cumplimiento de objetivos”. Su colega de profesión Fabián Sanmartín apunta que “el deportista sin la visión necesaria en este nivel, considera que todo le tiene que ser otorgado, y no está dispuesto a realizar la inversión necesaria para llevar más allá su nivel de rendimiento deportivo”.
En lo último, asegura que se debe tomar en cuenta la conformación de verdaderos equipos interdisciplinarios con profesionales que no obedezcan a compadrazgos, cuotas políticas o revanchismos, sino que lleguen por méritos y formación académica.
Formación integral
Si bien se han dado pequeños cambios como la representación de los deportistas en diferentes instancias; el incentivo de la doble deducibilidad para las empresas que ayuden a los deportistas, proyectos o programas deportivos; Pérez apunta dos aspectos que requieren ejecución inmediata y que ayudarán al deportista cuando decida retirarse: la incorporación laboral y el programa especial de educación superior para deportistas de alto rendimiento.
Uno de sus planteamientos es la generación de una Ley que permita “la incorporación de los deportistas de alto rendimiento al sistema laboral público y privado a través de méritos y oposición bajo el espíritu de discriminación positiva”. Ya tuvo eco en algunos asambleístas.
Sánchez asegura que “muchas universidades están dispuestas a colaborar con el deporte”. El apoyo no solo se enfoca en determinadas becas o pasantías sino en brindar facilidades y encontrar la metodología adecuada que le permita al deportista graduarse en la carrera que elija. También buscan elaborar programas de formación continua para los entrenadores.
Para Chango darle educación al deportista sería más importante que una beca vitalicia, misma que debe ser revisada, dice, ya que hay atletas que la tienen sin haber logrado nada. “Tampoco el Estado puede estar manteniendo a todo el mundo… Se debe tener claro hasta cuando apoyar a un atleta, porque hay deportistas que se vuelven conformistas y viven con un básico hasta los 35 años y sin lograr nada ni para ellos ni para el país”. Asegura que ese sueldo no le está ayudando a progresar y le está restando apoyo a juveniles de proyección que van a tener resultados.
Infraestructura
Sánchez es consciente que para una formación integral también se necesita espacios adecuados para entrenar. Dice que “están haciendo un levantamiento de información de toda la infraestructura deportiva” para gestionar inversiones estratégicas tomando en cuenta la localización geográfica, la forma en la que se le pueda explotar al máximo y logrando que tenga todas las certificaciones internacionales.
El representante del Ministerio del Deporte afirma que los CEAR se reactivarán, pero no hay fecha. De momento están deteriorados por el abandono. “Los CEAR están en proceso de liquidación… estamos esperando que se pueda finalizar este proceso y que se pueda generar un nuevo modelo de gestión en el Ministerio del Deporte”. (BST)-(D)